jueves, 19 de noviembre de 2020

¿Qué quieres decir, cuando dices "coaching"?



En 2002 -cuando empecé a trabajar como coach profesional- era un exótico oficio. Fui pionera en el País Vasco en la apertura de un despacho dedicado al entrenamiento de líderes y equipos. Algunos periodistas se interesaron por el acompañamiento que -al parecer- había salvado a Hillary Clinton de padecer una crisis nerviosa durante el episodio de su esposo con Monica Lewinsky. Participé en algunos congresos, publiqué artículos y expliqué "casos de éxito". En una palabra: tuve que hacer mucha pedagogía del concepto.




En el 2012 (diez años después) había en el Pais Vasco tantos coaches como ratas. No me lo tomen a mal,  sencillamente es un hecho descriptivo y el concepto se utilizaba en tantas direcciones que resultaba un conglomerado de erratas. El término coaching comenzó a mezclarse, diluirse, erosionarse y hasta prostituirse a tal punto que dejé de utilizarlo en mis despachos, artículos y hasta en la tarjeta de presentación. Seguía enamorada del concepto que me transmitió el mismísimo Sir John Whitmore, de las enseñanzas de Alain Cardon, de los aprendizajes con Robert Dilts, Cecilio Regojo, Sabino Ayestarán o Timothy Gallwey, pero dejé de utilizar la nomenclatura "coaching" en la que nadaban tantos peces que era imposible ver el agua.




Cuando me invitaban a escribir un artículo o a participar en algún debate del sector todavía defendía con vehemencia los pilares del coaching original. En mi interior todavía bullía la necesidad de clarificar que el coaching no es psicología, no es consultoría ni asesoría, no es decirle a las personas lo que han de hacer, no es poner paños calientes, no es inteligencia emocional y no es pensar que alcanzarás el cielo sin una larga escalera... Y de repente me acordé de la bella frase de Barry Stevens "... no empujes el río, porque fluye solo...". Punto y final a la vehemencia en defensa del coaching  pata negra (Sir John Whitmore / Timothy Gallwey / ICF). Stop: que cada persona asumiera la responsabilidad de investigar, buscar las fuentes y testar qué tipo de profesional o de servicio contrataba para sí mismo o para su empresa.

Esta mañana (2020) sin embargo el tema ha vuelto a colarse en mi cabeza y en mi despacho de la mano de Kai Gransee, autor del artículo ¿Qué quieres decir, cuando dices coaching?  Gransee vive y trabaja cerca de Munich (Alemania) y en los cinco minutos que lleva la lectura de su texto me ha conectado con el coaching esencial. Les recomiendo leer el documento en su totalidad y me permito destacar tres conceptos -genuinos pilares de mi practica profesional con lideres y equipos-:


El coaching va de desplegar el máximo potencial
Se trata de crear entornos de aprendizaje, no de enseñar
El coaching refuerza y maximiza el desempeño profesional




Quizá en el 2021 retome la vehemencia y vuelva a empujar el río que a veces se estanca y no fluye solo... ¡Gracias Kai Gransee! 

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