¿Alguien en su sano juicio duda de que la lectura aporta? La mera pregunta ofende.
Empecé a leer a los cinco años. A los quince iba de vacaciones con una mochila de libros que mi madre trataba de sacar del capó del pequeño coche familiar. ¿Realmente piensas leer todo esto en dos semanas de vacaciones? La pregunta era retórica: ella conocía mis hábitos lectores y sabía que no iba a renunciar a la mochila.
Tiendo a pensar que soy lo que he leído más un puñado de experiencias que las lecturas me han ayudado a ubicar y digerir. Me resulta impensable que se cuestione la valía de la lectura.
Empecé a leer a temprana edad y medio siglo después sigo en ello. Leo por placer, pero también como una manera de fortalecer mis conocimientos del mundo empresarial y su periferia: evolución de los mercados, tendencias, tecnología aplicable a la industria y -sobre todo- la ciencia del comportamiento humano en el trabajo (líderes y equipos) ¡mi especialidad!
En España se publican al año más de ochenta mil títulos. Sin duda hay que seleccionar con criterio. La lectura es una fuente de información que contrastada con la experiencia aporta conocimiento. Además leer amplía el arsenal lingüístico que manejamos lo que hace posible construir pensamientos complejos. Quien haya estudiado un idioma sabe que para entender conversaciones simples basta con el manejo de 700 palabras (pedir un café o la cuenta en el hotel). Ahora bien, mantener una conversación fluida exige el manejo de 3.000 palabras, ¿cómo se adquieren sino leyendo?
El pensamiento se configura con palabras. El pensamiento complejo (aquel que permite el análisis de lo que acontece) exige precisión en el lenguaje y abundancia de conceptos. Quizá haya grupos de poder que prefieren una sociedad con escaso manejo del idioma y a la postre manejables en cualquier direccion ideológica o de consumo...
Confieso que la mayoría de mis lecturas son ensayos sobre temas vinculados a los proyectos en los que trabajo, pero durante las vacaciones también leo novelas: siento que oxigenan mi cerebro y que a través de los personajes amplio los puntos de vista desde los que el autor describe la trama. Hoy descubro un estudio de la investigadora de la Universidad de Standford,
Jill Sonke, según el cual leer mejora el ánimo por lo que tiene un efecto positivo sobre la salud. Personalmente no necesitaba este refuerzo, pero ¡bienvenido sea!