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domingo, 13 de febrero de 2011

Power Point

El mar borda la orilla de festones... ya saben, esos adornos curvilíneos que llevan las niñas aristócratas en los cuellos de sus vestidos, y que yo misma vestí en mi infancia cosidos por la terquedad de mi madre y sus pretensiones sociales. Festones de blanca espuma que mece a los piragüistas jugando a remontar olas y a dejarse acunar por ellas. Hay mucho ozono y yodo en la orilla cuando las olas rompen (en apariencia enfurecidas) para languidecer minutos después mansamente en la bahía. En días como este una extraña neblina cubre el horizonte y anuncia la lluvia fina a la que llamamos txirimiri.

Tras el paseo, he abierto el ordenador para disfrutar de mi primer power point. Por increible que parezca, aunque he dado numerosas conferencias, formaciones y workshops, hasta ahora había conseguido sobrevivir sin ese toque de modernidad tecnológica, convencida de que el power point desconecta al orador de su público, distrae más que aporta, y a veces es un relleno a falta de contenidos.

Cabe preguntarse por qué me he decidido a encargar mi primer power point. Sí, encargar... no me pidan que además del texto de una ponencia larga me ponga a construir la herramienta informática porque no me alcanza el tiempo, la capacidad ni la paciencia.

Siento una mágica fascinación al comprobar como las ideas trasladadas a mi asistente han sido transformadas en realidades concretas tan pulcramente o más que mis mejores expectativas. Claro que mi asistente es inteligente y creativo, claro que sabe que tengo un carácter de mil demonios y claro que conoce la importancia que el evento tiene para mí. Hoy escribo como homenaje a mi asistente y a su trabajo realizado con primor ;-D

En este caso era imprescindible contar con imágenes que ilustrasen algunos conceptos abstractos, complejos y sofisticados que llevo en la ponencia. Si hay algo que un conferenciante debe evitar a toda costa es perder al público, que se aburra, distraiga o -lo peor de todo- que aun queriendo seguirle no puedan hacerlo porque perciben el discurso como un engrudo indigesto. Ya tá: mi primer power point con fondo negro en sintonía con este blog, muy chuli. ¡Gracias!