Por la mañana, camino del despacho, surcos de luces en la bahía. El sol arriba, saludando a quienes miramos hacia el cielo buscando inspiración.
Por la noche, saliendo del despacho, surcos de sombras en la bahía. La luna arriba, despidiendo la jornada de quienes -de vuelta a casa- seguimos buscando inspiración. Quisquillas en las rocas. Tiemblan de frío. Seis grados en La Concha. Ocho horas de trabajo. Veintiséis folios de apuntes frescos, nuevos, condensación de decenas de lecturas, de cursos, de reflexiones. Ya está. Todo listo para las Master Classes de Madrid.
Sesenta, cincuenta, cuarenta... horas me separan de la experiencia. Los granos del reloj de arena caen implacables. Treinta alumnos. ¡Qué gozada! Todo en marcha... Les contaré, al volver.
martes, 24 de marzo de 2009
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