domingo, 1 de marzo de 2009

Empresas Bonsái

Desconozco la frecuencia con la que ustedes miran el horizonte. No sólo el marino Cantábrico, sino cualquier horizonte que aún estando tierra adentro aporte perspectiva -profundidad- a su visión del mundo. Yo lo miro a diario. Le dedico unos instantes cada jornada tratando de descubrir olas, cetáceos, sirenas, buques, piratas y tendencias.

Sí... Desde el horizonte llegan cada día inesperadas sorpresas. Una vez la marea trajo hasta mis pies un despelujado osito de peluche (que conservo). En otra ocasión fue un enorme anzuelo-simulacro de pez de goma. Más habitualmente llegan conchas, trozos de madera de rocambolescas formas, piedras, restos de azulejos de colores, esponjas naturales y corchos.

Últimamente del horizonte de las tendencias emergen empresas bonsái tan pequeñas como rápidas, tan vigorosas como frágiles, tan diversas como juguetonas. En la jerga empresarial diríase que se trata de Pymes -pequeñas y medianas empresas- o más concretamente de empresas unipersonales. Vale. Suena aburrido. Me quedo con lo de empresas bonsái que en los últimos meses son un ejército en movimiento. En este caso -y por continuar con la metáfora- un ejército de mar.

Dicen que la necesidad hizo virtud y algunas personas que han perdido sus empleos capitalizan el paro y apuestan por una idea emprendedora. Otros, ajenos a la coyuntura económico-financiera del planeta, deciden imponer su crono-biología y montar ¡ahora! justo ahora el proyecto de sus sueños. Unos por necesidad... otros por oportunidad.

Mi experiencia como Coach de Empresa es que sobreviven más y mejor aquellos proyectos que arrancan de una vocación profunda, aquellos en los que el promotor conecta honesta y rigurosamente con la misión-visión-valores de la empresa. De verdad, no como un disfraz barato adquirido en la víspera del carnaval sino como un traje a medida realizado con amor-dedicación-ilusión y esfuerzo: puntada a puntada, ojal a ojal.

Las estadísticas -esos hieráticos testigos parciales de la realidad- confirman que les va mejor a quienes emprenden por pasión-oportunidad (ver la revista emprendedores de Marzo 09, ya en los quioscos). Creo que a estas alturas del post ustedes ya habrán descubierto mi pasión por las empresas bonsái a cuya categoría pertenezco.

Ayer por la tarde (sábado) conocí a un emprendedor apasionante que vino desde Logroño hasta San Sebastián para dinamizar su proyecto empresarial de pequeño formato. El hombre desplegó en la mesa de mi despacho su portátil, su enorme cuaderno amarillo lleno de anotaciones, listados de ideas, mapas mentales y todo tipo de aproximaciones a la puesta en marcha de una empresa que ya funciona, que ya factura, y a la que desea dotar de una dimensión mucho más creativa, estructurada y rentable. En la actualidad está solo, por eso es un bonsái empresarial. Sin embargo ya en nuestra primera sesión de trabajo conjunto detectó a dos colaboradoras potenciales -Elisa y Corina- y a una palanca de cambio: el Coach, yo misma. Fíjense qué bonito, qué alentador que me incluyan en el equipo propulsor de un proyecto en calidad de entrenadora y acompañante del emprendedor en su desafío de crecimiento. Fíjense qué bonito que entre los dos espantemos a la diosa soledad que -con frecuencia- acosa a los empresarios bonsái.

El presente-futuro de las empresas bonsái, categoría en franca expansión no sólo en nuestro país sino como tendencia mundial, consiste en las alianzas, en el trabajo en red y en el compartir lo que se ha venido en llamar la "sociedad del conocimiento".

Yo te aporto/ tu me apoyas, hoy por ti/ mañana por mí, tu traes el soft/ yo el hard. Un ejército de bonsáis: pequeños empresarios valiosos que atesoran experiencia, conocimientos y redes (networking).

Detrás del horizonte casi siempre está la libertad: esa sirena esquiva a la que todos cortejamos.Acaso las empresas bonsái sean una de sus múltiples versiones. Estén atentos al horizonte mar o sierra adentro... Allá donde se encuentren siempre podrán conectar con el azul cielo de los sueños realizables, de los proyectos posibles: a su alcance. Es la última tendencia.

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