miércoles, 20 de marzo de 2013

Comunicar con uno mismo, los demás y con Dios


Esta tarde he liberado tiempo y -dado que hacía sol, el mar estaba en calma, y la temperatura resultaba agradable- me he dado un paseo por la playa donde he descubierto una montaña de palitos huecos idénticos a la canela en rama excepto que -en este caso- su olor ha taquigrafiado en mi mente un mensaje de salitre lejano...

Después he visto una exposición de Iban Barrenetxea (Elgoibar, 1973) y me he enamorado de los personajes de sus cuadros en la exposición Alicia en el País de las Maravillas


Ya en casa he recuperado el cuaderno en el que desarrollo temas para mis sesiones de entrenamiento con profesionales, proyectos creativos al margen del coaching, guiones para jornadas temáticas (artesanales) en empresas, y cuestiones que van proponiendo los alumnos del Taller Construcción de Equipos Transformadores en el que participamos catorce personas de Cataluña, País Vasco y Galicia. Le llamamos Transformer Team (nos encanta este nombre), comenzó el  pasado mes de octubre 2012, se prolongará hasta junio 2013,  y ¡está siendo una gozada!

Dado que el grupo va poniendo en práctica los rudimentos de las metodologías que abordamos, a veces se producen zozobras más humanas que procedimentales, y la salpicadura de aprendizaje nos alcanza a todos como los restos de un gozoso naufragio. El pasado sábado por la mañana tuvimos el privilegio de contar con un facilitador invitado, Nice Lazpita.  Por la tarde el taller terminó con decisiones varias y la propuesta de Antonio de profundizar en la comunicación, el perejil de todas las salsas. 

He aprovechado algunos viajes para reflexionar esta semana entorno a la comunicación, un tema en absoluto baladí ya que es un dato cierto que hasta el noventa por ciento de las disonancias empresariales tienen que ver -directa o indirectamente- con dificultades en la comunicación. Es también una irrefutable verdad que la comunicación es una de las  competencias clave del liderazgo.

La comunicación es "el tema" de mi vida por mi licenciatura en Ciencias de la Comunicación, porque las conversaciones con mis clientes son el núcleo georgiano de mi trabajo, porque comunicar es "... lo que el otro entiende...", según me enseñó el sabio Rafael Echevarría; porque comunicar es fluir, confluir e influir, según me contó Juan Carlos Cubeiro... La aplicación del verbo comunicar tiene para mi al menos tres niveles: comunicar con uno mismo, con los demás y con Dios. Y fíjense qué curioso: yo creo que si una persona se comunica armónicamente consigo misma y mantiene cierto diálogo con Dios, será más eficaz en la comunicación con los demás...

Además, la comunicación humana tiene al menos tres registros: uno gestual (55%), otro tonal (38%) y , finalmente, el verbal (7%), según los neurocientíficos. La coherencia con la que es percibido un líder depende directamente de la alineación entre las tres frecuencias: el gesto, el tono y el mensaje.   


Las reflexiones en mis viajes sobre el papel de la comunicación en los equipos de trabajo continúan... No quiero (sin embargo) abrumar en este post que ya se presenta largo. Tan sólo citaré a Stephen Covey quien dejó escrito en uno de los Siete hábitos de las personas altamente eficaces: Primero escucha y comprende a los demás, antes de pretender que te escuchen y entiendan a ti.  

Por su parte Álvaro Gonzalez Alorda -profesor del IESE Business School- ha publicado un libro titulado The Talking Manager donde despliega mil argumentos para mantener conversaciones inspiradoras con nuestros jefes, homólogos y equipo. El vídeo dura 22 minutos que bien merece la pena invertir porque deja en el espectador un motivante impulso hacia la acción.

1 comentario:

Gorka dijo...

Buenas noches Azucena

El libro The Talking Manager ya tiene un tiempo ¿no? Lo recomendé como lectura en mi blog en marzo del ańo pasado. ¿Ha sacado alguna actualización? Lo desconocía. Me encantó el libro.

Un abrazo.