miércoles, 27 de agosto de 2014

Todo comienza con el hechizo del juego


Esta mujer confronta mi creatividad. Tenemos en común dos amigos en Facebook y una tercera persona a la que ambas apreciamos mucho, Cristina, nuestro conector.

Aunque nos conocemos hace apenas dos semanas ya pedaleamos en tándem y hace que me sienta acompañada en temas que desconozco: el diseño gráfico en un sentido conceptual pleno. Su curiosidad formula preguntas cuyas respuestas he de buscar fuera del manual en un esfuerzo compartido por hallar "betas de oro" que clarifiquen la esencia de mi trabajo.





Como tantas cosas valiosas de la vida, el "erase una vez" de la historia comienza bajo el chispeante hechizo del juego entendido como exploración del potencial y aceptación de cualquier sendero sin saber de antemano si la travesía contará (o no) con un final feliz. 

Bajo el chispeante hechizo del juego mantuve casi infinitas conversaciones para la radio y la televisión que volcaba en entrevistas, reportajes, libros o artículos. Con ello me ganaba la vida y atesoraba experiencia existencial al absober de las personas los mil secretos de otras tantas vidas complejas y -en muchos casos- exitosas. Conversaciones. 

Bajo el mismo hechizo conecté con mi profesión actual a comienzos del siglo XXI puliendo la capacidad comunicadora al límite de la escucha, del silencio, de la ausencia de juicio, de la disponibilidad radical hacia quien habla, de la presencia, de la empatía, de la apertura mental-emocional-espiritual y de la solidaridad (compasión budista) conceptos importantes que conviene no desgastar como si se tratase de las cuentas del rosario de una monja de clausura. Conversaciones.



El 88% de los ejecutivos quienen una conversación...


Lo que hago es mantener conversaciones reflexivas con las personas para explorar oportunidades, fermentar decisiones (conectadas a la esencia) y mover la vida con acciones, motor existencial del cambio que -dicho sea de paso- es lo único permanente. 

Las conversaciones transforman al que pregunta y al que contesta, fertilizan el potencial que ya existe, movilizan los recursos anestesiados por el desconocimiento o el miedo, y -finalmente- propician el logro de pequeños o grandes éxitos alineados con nuestro ser más profundo al que acaso podríamos llamar alma.

Conversaciones reflexivas que se vuelcan en acciones en el mundo real de cada ser humano y que -en ocasiones- se alzan con la satisfacción plena. Este es mi trabajo. Siento que es la profesión más hermosa de la tierra: con alta exigencia ética y exquisita precisión en el callar o preguntar, desafiar o sostener, lanzar una metáfora o trazar un cronograma, mover una figura, transitar la línea temporal, completar la rueda de la vida, sugerir la lectura de un libro, facilitar el acceso a un blog, un link... que impulsará nuestro proyecto. Como me enseñó Robin Sharma- en mi profesión el límite es el cielo, las posibilidades infinitas y el mundo ¡está lleno de ideas germinales! para la vida y los negocios. Mi trabajo es explorarlas y lo hago a través de conversaciones. 
  

2 comentarios:

Esther Zorrozua dijo...

Doy fe de que derrochar energía, te ríes mucho y generas confianza. Me alegro de que te vaya tan bien y de haber compartido tantas tardes contigo.
Un abrazo.
Esther

Azucena Vega Amuchástegui dijo...

Estherrrrrrrrrrrrrrrr qué alegría sentirte aquí, en el blog... Y qué lujo que una persona culta, generosa y llena de bondad lea la torpeza de mis reflexiones al tacto sobre la vida y los negocios. ¡¡Gracias!! Un abrazo grande desde la bahía.