domingo, 15 de marzo de 2015

Equipos = Incrementar un 30% los Resultados


"Sé atrevido, sé diferente, sé cualquier cosa que afirme la imaginación frente a los que juegan sobre seguro, las criaturas de lo banal, los esclavos de lo ordinario".


La frase del fotógrafo Cecil Beaton lleva resonando en mi desde hace unas horas haciéndome recapacitar sobre mi proceso en la toma de decisiones en las últimas cuatro décadas de mi vida. 

Cecil Beaton -considerado un genio por el escritor Truman Capote- fue uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX por sus retratos a celebridades y colaboraciones para revistas como Life o Vanity Fair. En la fotografía inferior aparece en China durante la segunda guerra mundial.




Consciente de que no puedo asumir en su totalidad la frase de Sir Cecil Beaton, reconozco sin embargo mi atrevimiento en la elección de senderos poco seguros que me han traído hasta el hoy ¡algo que me divierte! 

Transitar por lugares poco comunes me atrae como un imán a una viruta de hierro y es mi manera natural (orgánica) de producir adrenalina conectándome al puro placer de vivir y trabajar. Virutas de hierro. Caracoles de risa inmotivada.




Elegir caminos poco transitados dispara en mi un torrente de endorfinas en el preciso momento y lugar en el que otros se aterrorizan. Siguiendo la pulsión de mi instinto he tomado senderos que me permiten avanzar, a veces sobre pétalos de rosa y otras sobre cristales rotos. ¡Cualquier cosa menos lo ordinario! que diría Cecil Beaton. 



Dejé atrás un empleo por cuenta ajena para crear mi propio proyecto empresarial. Me alejé de mi ciudad natal para vivir en la bahía. Cambié de oficio aunque no de vocación. Gane y perdí amores y propiedades. Y en la última formación para directivos de diversos sectores me han hecho un halago sorprendente. Les cuento: entienden estos profesionales cualificados que mi enfoque de las relaciones laborales en el marco de los equipos de trabajo ¡son metafísicas! y afirman que utilizo un argot más propio de la filosofía y la ética que de la monocromática hoja-excel. 

Cierro los ojos y repaso mentalmente algunos de los epígrafes de mi manual: los equipos se equivocan un 3,5% menos que los líderes en solitario. Las empresas son matrices de relaciones. Hasta un 90% de las dificultades empresariales tienen que ver con la comunicación. Los líderes resonantes crean más. El clima laboral positivo (en los equipos de trabajo) incrementa hasta un 30% los resultados. El feedback como herramienta de construcción de equipo exige un compromiso radical con la verdad. La reflexividad (preguntarse cómo lo estamos haciendo y como podemos mejorar) es la característica de las empresas que sobreviven en el siglo XXI... ¿Metafísica? ¿Ética?

Estoy contenta con mis directivos porque reconocen que los entrenamientos están abriendo una brecha en sus "certezas dominantes" (Foucault), justo la clave de mi oficio: el cambio hacia una manera singular (única-genuina-intransferible) en el vivir y trabajar, ser y estar en las organizaciones.


"Sé atrevido, sé diferente, sé cualquier cosa que afirme la imaginación  frente a los que juegan sobre seguro, las criaturas de lo banal, los esclavos de lo ordinario".


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