"Donde no hay belleza no hay conciencia" escuché hace una década a un pianista amigo de mi hija. La frase me resultó ingeniosa y la registré en la memoría ¡cómo tantos artilugios que pueblan la mente de quien transita (con talante observador) el mundo y sus curiosos habitantes ¡los humanos!
Donde no hay belleza no hay conciencia
Resuena el eco de aquella frase en mi cerebro mientras con parsimonia leo El País donde -en alusión a la exposición que se muestra en la Fundación Juan March- un despiece titula: Art Déco, mucho más que belleza.
Al mediodia recibo una carta en la que el doctor Jorge Carvajal anuncia su presencia en San Sebastián donde los días 16 y 17 de mayo impartirá formación multidisciplinar sobre lo que viene llamando "alimento del cuerpo y del alma". Sin remilgos Carvajal vincula la salud con la dimensión espiritual del ser humano ¡y con la belleza!
Finalmente se impone en mi jornada el sentido del deber y me centro (un poco) en la preparación de unas másterclases en las que deseo aportar la esencia de lo que soy -más que el manual de lo que sé- en la creencia (acaso equivocada y siempre sometida a revisión) de que no enseñamos sino que los demás aprenden y de que solo se puede aprender aquello que vivencia el profesor. No se trata de un juego de palabras sino de algo simple, como los "desaprendizajes" a los que alude el escritor Caballero Bonald en su último libro.
El profesor no enseña,
el alumno aprende ¡si quiere!
En fin, dado que tendré el honor de poder expresar-expresarme ante una veintena de gerentes, empresarios, emprendedores y directivos estoy más volcada en transmitir con precisión el destilado de cincuenta años de observación-registro-análisis y aprendizajes de los sistemas complejos en los que los humanos nos movemos que de engrasar las "herramientas" cognitivas al alcance de cualquiera en todo tipo de formatos (videos, libros, webs) como me dijo una vez mi colega Mari Mar.
Y quizá podamos extrapolar el enfoque al liderazgo empresarial: el trabajador respetará al lider si el lider encarna ¡lo que dice y exige a los demás! Miguel, uno de mis directivos más avezados del sector de la automoción, lo denomina con sencillez y acierto ¡pura coherencia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario