Siento que se aproxima una ola que calibro desafiante. Puro instinto. Cierto olfato marino que afino cuando buceo entre peces que (como los humanos) me ignoran.
El presentimiento tiene cierta base racional y otra instintiva que se desata como un vendaval y me lanza contra las paredes de mi despacho donde las letras de los libros se escapan y revolotean a mi alrededor como enormes mariposas. Además, la tinta de algunos bolígrafos y ciertos rotuladores se expande por la mesa inundando las apresuradas notas que tomo para que no se me olvide lo esencial.
¿Por qué me obsesiona transmitir lo esencial en cada proyecto o encargo y volcarlo con precisión en cada persona, equipo u organización? No lo sé y quizá no importe. La realidad es que ante el oleaje tiendo a atiborrarme de nutrientes de calidad: las mejores lecturas, los vídeos más inspiradores, las entrevistas más desafiantes, los informes recientes, las estadísticas fiables, los colegas competentes y hasta mis propios materiales construidos con mimo artesanal durante décadas. Me afano una y otra vez en la búsqueda de lo esencial que es una medusa esquiva que cambia de color en paralelo a mi propia evolución.
La vida es un viaje para llegar a convertirse en ser humano
Lo esencial del liderazgo es la consciencia
En las próximas semanas facilitaré procesos en Zaragoza, Granada, Bilbao, Vitoria, San Sebastián... donde peces enormes, grandes y pequeños esperan el plancton que preparo cuan destilado de nutrientes inyectables en jornadas de seis, ocho, diez horas (según encargo) con seis, treinta o doscientas personas y variados objetivos para los que diseño prototipos. Pero mi obsesión es transmitir lo esencial en la cereteza de que urge poner en marcha cambios que frenen el maremoto mundial.
Tengo mucho material recopilado. Leo por sexta vez algunos libros. Reinterpreto la síntesis de otros. Dibujo en el papelógrafo hasta quedarme sin hojas. Agoto rotuladores. Lleno el suelo de papeles. Cargo vídeos en el pen drive. Los descargo horas después. Reposo ideas que hoy me parecen geniales y las desestimo más tarde. Me propongo practicidad + simplicidad + avanzar a pesar de mis zozobras y de saber que lo esencial no es atrapable en seis-ocho-veintiocho ni ochenta y ocho horas porque en realidad lo esencial necesita que le dediques la vida entera. ¡Tiene razón Otto Scharmer: the core business of leadership is awakeness! y tiene razón Peter Senge: Life is a journey to became human being.
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