domingo, 11 de junio de 2017

La ceguera voluntaria ¡no es ética!



Según la agenda que pauta mi actividad de emprendedora-bonsái, cada mes tiene sus "proyectos estrella" (aquellos que más me ilusionan, desafían, implican mayor número de personas o están mejor remunerados). 

En el firmamento laboral de este mes de junio brillan dos encargos: uno de Ibercaja (en Zaragoza), y otro en la Universidad de Verano de Bankinter (en Tres Cantos, Madrid) y aunque sobre el papel son distintos -número de horas, destinatarios, título y contexto- yo les encuentro similitudes porque como dice mi amigo Ignacio: "el propietario de un martillo ve clavos por todas partes"... je je.




Las imágenes que ilustran el post pertenecen a la serie Ciegos de Barro, de la Compañía brasileña Desvío Colectivo.  No son esculturas sino personas, y utilizo sus imágenes porque las encuentro bellas e inquietantes para el observador.

Ceguera / Barro. Barro / Ceguera. Trasciendo el juego poético y me pregunto ¿con qué frecuencia recordamos que somos barro y en barro nos convertiremos? y -sobre todo- ¿por qué hemos olvidado que todos provenimos del mismo barro? La ceguera voluntaria (negación de la realidad) implica falta de consciencia (y de honestidad) y funciona como un tipo de anestesia que elude el dolor ajeno. Ceguera y Barro son dos conceptos que estarán en el sustrato de las jornadas que compartiré con gerentes, directivos y profesionales de diversas edades y procedencias formativas: más biólogos, técnicos y empresarios en Zaragoza; más economistas y financieros en Madrid.




Sabido es que las empresas del siglo XXI avanzan justo hasta el límite del nivel de consciencia de sus principales directivos. Consciencia entendida como ver, oír, degustar, oler y palpar "lo que es" sin juicios, prejuicios, negaciones ni proyecciones, para diagnosticar con precisión -origen de todo cambio eficiente-.

Resulta menos conocido que el gran poder transformador de las organizaciones radica en los equipos -auténtico gigante dormido- cuyo despertar marcará la diferencia entre las empresas que brillen, languidezcan o mueran según la apuesta por lo colectivo ¡la tribu! esa fuerza atávica al servicio del todo.

Transformar empresas para
evitar el sufrimiento innecesario.
¡Una vocación al servicio del Todo!


En liderazgo el desafió pasa por quitarse la venda y escuchar. Ambos comportamientos exigen ética y coraje para descubrir ¡lo que hay, lo que es! con una mirada atenta y fresca y una escucha (respetuosa y empática) como clave de comunicación en los líderes resonantes que como dijo Goleman ¡crean más!

Dos proyectos estrella en junio 2017, y dos desafíos estrella para el resto de mi vida: incrementar la consciencia de los líderes con los que trabajo, y construir equipos que transformen organizaciones.



No hay comentarios: