sábado, 10 de noviembre de 2018

¿Dentro o fuera de la pantalla?



No es lo que acontece sino lo que hacemos con lo que acontece lo que transforma la vida. No importa si nos dan o nos quitan sino nuestra capacidad de reciclar lo que trae la marea.

Los seguidores del blog, algunos clientes y ciertos amigos me dicen que me notan "ausente" porque llevo unos días sin escribir en la bitácora. Lo cierto es que estoy totalmente "presente" recogiendo la cosecha de proyectos antiguos, sembrando semillas de proyectos nuevos y arrancando malas hierbas del sendero. En medio de ese trajín pasan los días enredada ahí fuera, en el lugar donde transcurre la vida -que no son las redes sociales ni el teclado del ordenador-.

Además de entrenar a profesionales y equipos y de diseñar jornadas formativas, la gestación de nuevos proyectos conlleva gran parte de mi tiempo y exige nutrientes de calidad: paseos por el hayedo, recogida de hongos, silencio, conexión con el cuco que habita al fondo del robledal, pintar acuarelas, coser algunas telas, visitar algunas bibliotecas, estudiar manuales y visitar ciertas exposiciones. 






En la sala Kubo de El Kursaal (San Sebastián) hay una curiosa exposición titulada "La idea en un signo" que muestra numerosas esculturas que provienen de Nigeria, Congo y otros países africanos. Las piezas carecen de sofisticación y esa frescura les confiere de un magnetismo que captura la mirada curiosa de la niña que fui: he disfrutado observando la variedad expresiva de las figuras, representación a escala de la multitud de vidas que encarnamos los humanos. 




La exposición me ha aportado nutrientes con los que preparo la esencia de algunos proyectos que irán emergiendo en el blog de una manera acaso más loca y creativa por su complejidad e impacto. 



¿Complejidad e Impacto?


No es lo que acontece sino lo que hacemos con lo que acontece lo que transforma la vida. No importa si nos dan o nos quitan sino nuestra capacidad de reciclar lo que trae la marea.



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