domingo, 17 de abril de 2022

Lecciones de la montaña

 

Mi instructor de bicicleta dice que cuando hace kilómetros por la campiña se acuerda de Carpanta -un personaje de historietas creado por José Escobar, que decía alimentarse con proteínas cuando se tragaba un mosquito-. Es algo que le ocurre a todo ciclista de montaña y que difícilmente comprenderán los demás. 




Hoy -que he hecho cincuenta kilómetros con mi particular Rocinante- me he acordado de Carpanta y (de mi instructor) y se me ha escapado una carcajada.




Carcajadas al viento mientras los senderos neuronales de mi cerebro establecían comparativas entre los desafíos del camino y la actividad empresarial a la que me dedico (entrenamiento de lideres y equipos).

En una pendiente pedregosa el riesgo es ceder al miedo y bloquearte ¡tienes que seguir pedaleando para que la bicicleta no se pare y termines en el suelo! Superar el miedo (y trascenderlo) ha sido una lección gozosa porque justo en el momento en el que he conseguido fluir sobre las rocas y la arena -lo que más me asusta- es cuando he comenzado a disfrutar del aire en mis brazos y del sol dibujando en mi cara algunas pecas. 

El poderoso motor Bosch de la bicicleta es fabuloso porque te saca de algunos atolladeros, pero tiene su punto peligroso. En una bicicleta eléctrica vas mucho más rápido que en una convencional, así que al mínimo descuido el riesgo de terminar en el prado o en el río se incrementa. También ocurre en la fábrica: cuanto más potentes sean las herramientas más atención exigen al usuario para que no ocurra una desgracia. Cal y Arena. Sol y Sombra. Comprensión de que en la vida (casi) todo tiene su contrapartida.




Por último quiero mencionar el esfuerzo. Cuando "sudas la camiseta" en las subidas y bajadas montañosas te mides con la naturaleza en estado salvaje y comprendes que apenas eres una mota de polvo perdida en el universo: la tierra estaba antes de que llegases y continuará cuando hayas desaparecido.  Es una manera sencilla de integrar la humildad y de quitarte del medio (ego). En el bosque también te mides contigo misma y cuando crees que no puedes más y tu mente da la orden de sostener el esfuerzo y continuar compruebas que ¡puedes! y se rompen algunos límites ficticios. Es hermoso. Mucho. Siento infinita gratitud por lo que considero las "lecciones de la montaña".


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