Ya están aquí las mariposas. El viernes (3 junio 2022) tendré el primer encuentro de trabajo con un directivo vasco expatriado en Chile. Aunque será el proceso número 553 de mi trayectoria profesional (y las mariposas iniciales ya pasaron a la historia) han nacido otras.
El director general que entrenaré comparte nombre con un conocido sacerdote, educador y escritor italiano del siglo XIX y a mi mente le gusta fantasear con el perfil que encontraré.
Como es habitual, la empresa ya ha depositado sobre mi mesa algunos datos: carácter típicamente vasco -que sin caer en el tópico marca impronta- unido al tesón de un conseguidor: encontró la planta productiva en pérdidas y en dos años la ha llevado a ganancias. ¡Grande!
El director general está entorno a los cincuenta años así que encarna el segmento "baby boomer": profesionales séniors muy centrados en el profit, ese término inglés que escuché por primera vez a un Ceo de Voith, multinacional alemana en la que trabajé.
Aunque el puro sentido común sugiere que los profesionales han de tener en cuenta los beneficios de los proyectos para asegurar la viabilidad empresarial, no siempre es así.
La semana pasada tuve un entrenamiento express con un ingeniero encargado de supervisar el diseño de un proyecto de infraestructuras en Santa Lucía (México). Analizando el planning había descubierto que la proporción de profesionales industriales / no industriales era de 1 / 3: por cada trabajador industrial, se habían planificado tres de estructura (soporte)... No hace falta tener un doctorado en management para intuir que un proyecto trazado con esas proporciones es de dudosa rentabilidad...
Proyectos y Rentabilidad
El binomio inseparable
Después de la sesión me quedé pensando en el dilema: el equipo de diseño está configurado por profesionales júnior (treinta años de media) que quizá no otorgan relevancia a los resultados económicos... o los responsables sénior del proyecto no han sabido poner el acento en el profit, o los alevines confían en exceso en la musculatura financiera de la empresa, o no está entre sus prioridades o -sencillamente- es pura falta de responsabilidad... Sea como fuere, creo que los profesionales sénior de las compañías han de enseñar y consolidar el presente y los júnior han de aprender y sembrar el futuro en un ejercicio de complementariedad en el que ser rentables ha de estar siempre en la ecuación.
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