lunes, 10 de junio de 2024

La frustración de los mejores

 

Los individuos de la fotografía están sometidas a un índice de frustración superior a la media. Son dos personas a las que quiero cuya frustración me alcanza. Además yo tengo mi propia cuota de desencanto y las penitas se acumulan exponencialmente cuando se producen en círculos concéntricos.

Me inspiro en ellos para escribir, pero representan a muchos de mis clientes y amigos, los mejores, si me lo permite el resto. Ni soy ni aspiro a ser el Oráculo de Delfos, pero tengo la privilegiada posición de quien trabaja con una docena de personas diferentes cada semana. Eso da un muestreo que siendo aleatorio representa a escala (algún tipo de escala) la sociedad que me rodea.




Las personas se frustran en proporción directa a su capacidad, acaso a su inteligencia, porque ven más ángulos de la poliédrica realidad, bucean a mayor profundidad en el análisis de los hechos, su cerebro realiza rápidas conexiones neuronales (sinapsis), no aceptan un "no" por respuesta, luchan por los principios en los que creen, son vehementes y tienen ideales que quieren alcanzar en el mundo de los negocios, la educación, la industria, la investigación, la ciencia, el arte, la creatividad...

A más capacidad más oportunidades ¡sin duda! y más riesgos ¡sin duda! A más capacidad mayor erosión en lo cotidiano, mayor desencanto que hay que gestionar, y en ese desafío acompaño momentos de frustración de clientes sensatos, capaces, sensibles, reflexivos y plenos de consciencia. 

La posición de oreja-testigo de mi oficio es un lujo y una mochila cuyas derivadas absorben el bosque y el río, terapeutas naturales del cosmos.


2 comentarios:

AMRS dijo...

Acabo de abrir un libro que me ha acompañado durante años. Nada más cogerlo entre mis manos he regresado a ese pasado (existe realmente?) en el que mis inquietudes, el serntirme como mimbres sin dar forma a "algo", encontraron a quien las escuchó y atendió. Azucena, nombre insólito en aquel Donosti, recuerdo como confiaste en que aquellos mimbres podían acabar siendo un útil, y bonito, cesto. 17, si 17, años después 0 frustraciones, 10E6 dificultades. "Triunfos" uno a uno, paso a paso. Como quien asciende a esa cima personal, mítica, única. Confiemos en un cambio de paradigma, que quizá nosotros no veamos , pero que llegará con el esfuerzo de todos y allí donde estemos celebraremos.

Azucena Vega Amuchástegui dijo...

Cielo Santo... mil gracias por tu reconocimiento a mi modesto trabajo AMRS, mil gracias también por tu generosidad al recordarlo, y por compartirlo en este espacio abierto. Me alegra muchísimo que el "cesto" que ya se veía entonces esté repleto de triunfos logrados uno a uno, paso a paso, a fuego lento. ¡Enhorabuena! Un fortísimo abrazo. ¡Gracias!