lunes, 9 de septiembre de 2024

¿Quieres ser consejera? ¡Levanta la mano!

 

Algunas de mis mejores directivas se preparan para ser consejeras. Alcanzada una posición de influencia en sus organizaciones, imaginan que el siguiente escalón pasa por alcanzar la pertenencia a un Consejo de Administración, así que se preparan, obtienen su título, refuerzan los idiomas, hacen networking, profundizan en los conocimientos  financieros y ... se quedan en el umbral de la zozobra. Veamos por qué y cómo solventarlo.



El número de directivas en España ha aumentado significativamente en los últimos veinte años pasando del 14% (en el año 2004) al 40% (en el año 2024). La mayoría ocupan la dirección de los departamentos de recursos humanos, finanzas, operaciones y marketing. En España el número de mujeres que alcanza la posición de Ceo asciende al 27%.

Existen algunas diferencias por sectores siendo la industria, energía y construcción las actividades donde hay menos mujeres en las cúpulas directivas, según el informe Women in Business 2024.



Si analizamos los párrafos anteriores podremos descubrir por qué algunas de mis mejores profesionales quieren ser consejeras: si ya son directivas de primer nivel y ven taponado el ascenso a Ceo -tanto en tu empresa como en otras-, y no renuncian a seguir evolucionando, lo lógico es que miren en otra "frecuencia", por ejemplo la de ser miembro de un Consejo de Administración (cargo que conlleva una dedicación limitada, prestigio y atractiva remuneración).

Las profesionales consideran que la formación para ser consejeras que ofrecen las universidades les abrirán (directamente) las puertas a los consejos pero no es así, lo que genera desánimo y frustración.

La formación es un paso inicial -necesario pero no suficiente- al que ha de seguir el diseño de un minucioso plan de acción que les aproxime al objetivo lo que conlleva: movilizar la red de contactos al más alto nivel, hacer llamadas, concertar comidas y encuentros de trabajo y -en general- hacer saber al mundo que estamos preparadas y deseosos de pertenecer a un Consejo de Administración. Antes hemos de disolver todas las resistencias internas (y quizá este es el quid de la cuestión): el qué dirán, la voz del impostor, la inseguridad, el pudor y el miedo al rechazo entre otras. Y... ¡en esas estamos! Mientras tanto profundizamos en varios libros referenciales y nos inspiramos en veinte modelos de mujeres que empezaron muy abajo y llegaron muy arriba. 


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