jueves, 4 de diciembre de 2025

Ventajas humanas frente a los robots

 

A diario recibo emails de colegas del mundo de la consultoría con variada información en contenido, enfoque y extensión. Dependiendo de la vorágine en la que me encuentre archivo directamente el email o -si dispongo de tiempo- me asomo al texto: tiendo a pensar que de (casi) todo se aprende.

Esta tarde he leído la newsletter que remite Javier Martínez Aldanondo cuya tesis se resume en dos puntos. El primero: si eres un trabajador del conocimiento que entrega a su cliente un producto documentable (codificable) el futuro de tu negocio es peregrino ya que la IA ofrece algo similar con dos ventajas: es más rápida y barata. Kaputt: puedes dar tu negocio por finiquitado.




Si quieres que tu empresa de consultoría sobreviva, Martínez Aldanondo propone que tu ventaja competitiva sea tu capacidad de aprender (no tu conocimiento). Esa es su apuesta de futuro. No me parece nuevo, la verdad, ya que en cualquier momento de la historia los humanos han sobrevivido a base de aprender conocimientos, destrezas o habilidades.

Lo que quizá resulte novedoso sea la capacidad de desaprender y eso es un desafío monumental para profesionales, empresas e instituciones. Para los profesionales desaprender significa abandonar la atalaya de la expertise y la seniority. Para las empresas es poner en solfa aquello que fue un éxito rentable. Eso cuesta ¡sin duda! pero no hay otra...

Por último, los humanos tenemos tres destacadas ventajas competitivas frente a la inteligencia artificial: podemos alimentar las neuronas con ingredientes de calidad (la triada lectura, investigación, reflexión), podemos practicar la escucha de calidad a lo que acontece y podemos formular preguntas poderosas (que generen nuevas respuestas). No sé por cuánto tiempo, pero aún gozamos de notables ventajas competitivas frente a los robots.


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