Rafael Echevarría, inspirador del Coaching Ontológico, me enseñó el concepto metanoia que hoy he vivido durante un entrenamiento a un equipo de élite en un proyecto empresarial-institucional vasco. Juntos hemos mirado al futuro con esperanza y... ¿saben? Pocas cosas son tan hermosas.
miércoles, 23 de junio de 2010
Sembrar Esperanza
Rafael Echevarría, inspirador del Coaching Ontológico, me enseñó el concepto metanoia que hoy he vivido durante un entrenamiento a un equipo de élite en un proyecto empresarial-institucional vasco. Juntos hemos mirado al futuro con esperanza y... ¿saben? Pocas cosas son tan hermosas.
miércoles, 3 de febrero de 2010
Ontología, perdón...
Mi también amiga Arantza diría "exceso de conceptualización" y -ciertamente- aun siendo adicta a la lectura, cursillista profesional, asidua a las universidades como ponente y alumna, ayer tuve que alinear todas mis neuronas en fila india para seguir con cierta cordura a este chileno torrencial en su discurso y gran caminante de tarimas (hizo unas... quinientas vueltas de izquierda a derecha y vuelta por el escenario de la multibox).
Como entre mis valores cuasi-irrenunciales se encuentra la justicia, atenderé a su llamado compartiendo con ustedes alguna de las ideas "peculiares" que lanzó a los presentes. Cuando un Jefe, un directivo, un empresario o un líder, se pone en manos de un Coach Profesional ha de saber -según Echeverría- que del total de su energía-tiempo conviene destinar un 50% a transformarse a sí mismo; un 25% a gerenciar a su propio jefe; un 20% a cuidar relaciones de pares, dentro y fuera de la empresa: instituciones, clientes, políticos, competencia... y lo que queda (un 5%) a entrenar a sus subordinados con el estilo que el chileno considera recomendable: el estilo Coach.
Otra de las ideas que nos quedó a todos nítida en la retina fue el hecho de que no conviene liderar las organizaciones (empresariales, políticas, sociales...) con el estilo Gerente-Capataz (ordeno y mando) propio de la época de Taylor cuando predominaba el trabajador manual, sino hacerlo más acompasados con los tiempos que nos han tocado vivir (digamos el siglo XXI, la sociedad del conocimiento) y practicar el estilo Gerente-Coach, alguien que dedica tiempo-esfuerzo-dinero-acaso algo de sufrimiento- a la mejora de sí mismo y al desarrollo de los demás esté donde esté en la pirámide productiva.
Bueno... y por demás citó mucho a las Universidades de Oxford, Cambridge, Harvard... a Sócrates, a Parménides, Los Evangeli0s escritos -dijo- originalmente en griego, Peter Senge, Druker, Dee Hock, Marcial Losada, Fernando Flores, Jim Collins, Chris Argyris... y un tal M.Cordovero quien afirmó: "... El secreto del escuchar sublime es saber escuchar EL BIEN (en el otro, of course, querido darling)...". En otro post desarrollaré "la escucha" (como competencia profesional clave) tema en el que Echeverría ofreció -ciertamente- una clase magistral. Merece la pena repetirlo: El secreto del escuchar sublime es saber escuchar el bien. Con eso me quedo hoy para practicar en mi vida y en mi trabajo.