sábado, 21 de diciembre de 2013

Celebración Líquida


Con varios internautas en el grupo cabía esperar que las primeras fotografías se colgasen en las redes antes de que terminásemos el café. Las mejores instantáneas las disparó Asier(Gallastegui) aunque algunas de las que tomé con mi modesta Kódak tampoco están mal.


El encuentro no podía resultar más singular mirásemos donde mirásemos: una docena de consultores freelance no tan viciados para sentirse competencia ni tan mansos como los apóstoles reunidos entorno a la mesa del salón romántico de la galería Epelde & Mardaras de Bilbao.

A las 14.25 Emilia -la anfitriona galerista- nos recibió con amorosa cortesía mostrándonos los salones que forman parte de un antiguo palacete del siglo XIX de techos altísimos y gigantescas puertas de madera. El lugar no podía ser más propicio para el disfrute de una comida navideña que incluyó productos frescos de la huerta adquiridos unas horas antes en el mercado de La Ribera, un buen tinto con etiqueta de Bilbao -cuyo nombre no recuerdo-, pescado o carne a elegir, y tartas caseras con adorno de mermelada que embota la propia Emilia durante el verano, cuando los frutos maduros son propicios para la confitura.

Cabe preguntarse qué hacíamos allí una docena de profesionales de la consultoría de variadas edades, trayectorias, sexos, lugares de origen y residencia e incluso con diversos enfoques existenciales. ¿Qué hacíamos juntos en el tercer piso del  número 10 de la calle Jardines un viernes 20 de diciembre al mediodía? Lo que hacíamos era celebrar.

La promotora del encuentro fue María (Carrascal) quien pensó en quienes no tenemos cena de empresa, cesta de navidad, ni chin chin de champagne con los compañeros por la sencilla razón de que trabajamos solos como autónomos que prestamos servicios a empresas del entorno vasco, nacional o internacional. Pensó en nosotros, en ella, y en celebrar y  rauda se puso a organizar una comida que resultó muy agradable para mi. 

La singularidad alcanzó a los postres cuando dio comienzo el debate sobre cómo titular nuestro encuentro en las fotografías que iban colgando en Facebook. Alguién pensó que los conceptos "navidad" y "cambio" podían configurar la ecuación. No gustó la idea así que se propusieron otras y nos reímos jugando con las palabras, montando bromas sobre sinónimos, slógans publicitarios y guiños cómplices a nuestra profesión de "consultores hippies"... dijo uno... ¿freakies? preguntó otro... Y cuando ya nos habíamos olvidado del asunto Asier dobló la servilleta y depositó sobre ella la mejor propuesta: "comida líquida"  en un giño que solo capturamos quienes hemos leído a Zygmunt Bauman.


Celebrábamos la Navidad, eso resulta obvio por aquello de que no tenemos cesta, bonus, ni perrito que nos ladre. Pero a mi entender eso no era lo principal. Me pareció que había cariño, ganas de compartir, una cierta complicidad en los asuntos profesionales que con mayor o menor acierto o soltura gestionamos durante todo el año en solitario sobre el tapete organizacional. Y aunque he titulado "Celebración Líquida" estuvimos comedidos con la comida y el alcohol asi como con los cánticos, las bromas y los abrazitos.

Creo que celebrábamos el tránsito de la competencia a la colaboración, de la rivalidad a la interdependencia, del modelo sólido al líquido que tan bien explica el polaco de Poznan y se caracteriza por la flexibilidad, el cambio de estructuras y la tendencia al cambio, eje central del trabajo de quienes ayer pasamos un rato agradable y conmovedor en su planteamiento, espíritu de camaradería, y proyección hacia un futuro que de ocurrir ¡será en red! 


Muchas gracias a todos: María, Enrique, Jose Ramón, Germán, Nestor, Asier, Fernando, Bea, Ane, Eugenio y Maru. En 2014 repetiremos nuestra celebración líquida ¡seguro! y el afluente se habrá convertido en río.


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