domingo, 15 de diciembre de 2013

No es cierto


Dios ha incluido un nuevo tono en la paleta de color con la que esta mañana ha pintado la Cornisa Cantábrica: el azul radical que se refleja en la espuma de la bahía al mismo tiempo que la olla marina extiende sus tentáculos en forma de olas cuando sube a marea. Aun cuando las cosas son mejorables... ¡no es cierto que en nuestro país todo sea un desastre!

En clave económica: los sistemas de control del tráfico aéreo alemán son españoles (Indra) + Abertis, también española, se ha hecho un hueco en la industria de los satélites + dos empresas españolas han entrado en el Nasdaq, la meca de la tecnología mundial: Abengoa (Sevilla) y Grifols (Barcelona) + la española Inditex está entre las quinientas empresas más grandes del mundo + en Burgos triunfa Antolín + desde Zaragoza sigue expandiéndose Imaginarium + Mercadona emplea en España a 70.000 personas frente a los 36.000 que emplea Google en todo el mundo... Son datos que recopila el profesor Javier Santiso de ESADE Business School para El País. El artículo de 1.500 palabras escrito en clave de optimismo realista tiene un destacado y dos ideas. La primera, la necesidad de que las start ups españolas crezcan hasta convertirse en grandes empresas y la segunda que los emprendedores del hoy sean los empresarios del 2014 y sucesivos. Esto me conecta a la jornada vivida en el despacho de San Sebastián donde una vez al mes nos reunimos un grupo de profesionales de diversos sectores, especialidades y orígenes geográficos para aprender cómo construir equipos transformadores (innovadores) en el seno de las organizaciones productivas. 


En la fotografía vemos a una parte de los alumnos del curso al final de la jornada del sábado y tras más de siete horas de trabajo teórico-práctico conjunto. De izquierda a derecha: Iker (Bermeo), Olaia (San Sebastián), Ruth (Vitoria), Inma (Edimburgo) y Yoli (Rentería) escuchando a Zigor (la mano que se agita), emprededor que ha asumido el reto de convertirse en empresario.

Este hombre de Fuenterrabía-Guipúzcoa (cuya identidad protejo) compartió con nosotros un puñado de claves que permiten entender su colosal éxito empresarial alcanzado en menos de cinco años. Entender -que no imitar- porque aunque lo relató con sencilla humildad él y yo sabemos que no todo ha sido un camino de rosas con las financieras, los clientes o los socios...

Se presentó como un hombre pegado a una hoja excel, una hoja de cálculo en la que controla la complejidad de una empresa con cuatro sedes repartidas por la geografía española aunque la toma de decisiones corporativas se realiza desde la capital vizcaína (casa matriz). Un emprendedor que ha sabido rodearse de buenos profesionales in / out su proyecto hasta convertirse en un empresario que sigue su instinto, lo coteja con datos certeros, toma decisiones, asume riesgos, protege su patrimonio familiar y saca tiempo para leer, aunque sea en la T-4 mientras espera el vuelo semanal que le trae de regreso a su Fuenterrabia natal y a casa.

Muchos de los participantes del taller estamos muy centrados en temas como el servicio al cliente, los procesos de calidad o la formación continua y rigurosa, pero descuidamos el aspecto comercial de nuestros proyectos. Zigor fue rotundo y claro al respecto: al menos el 25% de la estructura de costes de su empresa se destina a la publicidad y cuando piensan en abrir una nueva línea de negocio o de lanzar un nuevo producto lo primero que se preguntan es ¿a quién se lo vamos a vender? Nos dejó fascinados, casi sockados por tus aportaciones al taller BetaLab, construcción de equipos transformadores (innovadores) realizado en San Sebastián el 14 de diciembre de 2013. ¡Gracias, Zigor!


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