viernes, 27 de noviembre de 2009

Casos y Cosas

Contra todo pronóstico la vida nos sorprende. Positivamente. Con mayor frecuencia de la que la lógica, las estadísticas, los sesudos informes financieros y sociológicos preven. Ayer una persona a la que entreno ofreció su primera conferencia en una prestigiosa entidad financiera de la ciudad. Fue un éxito: de público, de participación, de exposición, de júbilo de quienes hemos ido tejiendo laboriosamente -hilo a hilo- el tapiz de un sueño hecho realidad. Esta es la magia que me cautivó desde el comienzo de los tiempos del Coaching en nuestro país... allá por el 2002. Esta es la magia que sigue fascinándome cada jornada porque esta persona -cuando comenzamos a trabajar juntas hace seis meses- no daba un penique por creer que sería capaz de hablar en público. Lo ha hecho y sus mejores amigos se sorprenden.

La ponente brillo sobre su propia inseguridad, miedos, ideas limitantes y nervios de la puesta en escena. Claro que allí estuvimos para sostenerla las personas que le apreciamos y sus seres queridos pero fue ella la que supo transformar su potencial interno (conocimientos y entusiasmo) y su potencial externo (club de fans allí presente) en una energía radiante que cautivó a medio centenar largo de personas que aplaudieron con ganas y pidieron más.

Contra todo pronóstico la vida nos sorprende. Hoy me he encontrado en el autobús con una persona a la que entrené hace... ¿tres años? Uno de sus objetivos de entonces era casarse y tener un bebé que -según me ha contado- ya es una realidad de quince meses. Le he percibido centrada... ¿feliz? Sí, yo diría que feliz si acaso este término no tuviera tan ambigua percepción. Superadas algunas crisis personales que trabajamos en su momento, re-enfocada su vida laboral en una dirección que nada tiene que ver con su anterior trayectoria profesional, y con su bebé, es una mujer diferente.

La vida -si le dejas- te sorprende positivamente. Hagamos nuestra parte y dejemos que el resto se teja bajo el manto de la incomprensible magia a la que llamamos destino.

1 comentario:

Socrates dijo...

"Porque la vida puede ser maravillosa, Salinas!" (decía aquel...) y añadiría "si le permites sorprenderte" :)