domingo, 11 de julio de 2010

Vivir en la Zona II

Los domingos me doy una panzada a leer. Desconecto todos los sensores de las tareas cotidianas, me siento en la alfombra del salón rodeada de libros, periódicos, cuadernos y tres bolígrafos de colores, me sumerjo en el interior de mi mente, y paso algunas horas buceando en el mundo de letras que me conecta al planeta tierra, a las opiniones de los sesudos columnistas de prestigio, y a los expertos en economía internacional.

Algunas horas después siento que ya es bastante: tomo notas en mi moleskine, recorto páginas, lo guardo todo, y me olvido hasta el día siguiente y sucesivos. A veces las referencias estadísticas de mis escritos salen de esas lecturas dominicales. En ocasiones de los libros que estudio, y alguna vez hasta de mi propia cabecita.

Saben que ando inquieta tratando de descubrir el secreto de "vivir en la zona" por lo que algunos amigos están remitiendo material de lectura, comentarios a mi correo electrónico, y hasta llamadas telefónicas para aportar. Es curioso, hay quien entiende el éxito mundano como una consecuencia de vivir en la zona, en el sentido de estar totalmente centrado en el yo hasta el punto de que la evolución del mundo y su entorno jamás le distrae de su objetivo. Vivir en la zona = éxito, una posible línea de desarrollo de mi tesis que no me convence del todo porque sitúa la reflexión en una frecuencia ligera (casi frívola) cuya propuesta de base no deja de ser la búsqueda del logro material, algo que ya ceban los mass-media, el marketing y los ideólogos del consumo.

Por contra, hay quien entiende vivir en la zona como una práctica místico-ascética en la que (a base de renuncia, autocontrol y desapego) la persona se sitúa en el centro de sí misma, del canal central y del Om Cósmico conectado al más allá a través de las supercuerdas (ultra moderna investigación de la física cuántica).

Yo siento que vivir en la zona tiene que ver con: la auto regulación física (Juan Li), el auto control emocional (Daniel Goleman), el vivir en coherencia con los propios valores (Dalai Lama), con la creencia en algo supra-humano (llamémosle Dios), y con el descubrimiento y aceptación de una vocación-misión propia y con sentido (Vicktor Frank). Continuará.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Añadiría la desidentificación del Ego que bien explica Eckhart Tolle, la desidentificación del cuerpo-dolor...
Él dice que las palabras acotan demasiado, y así, "YO" es una palabra demasiado simplista para describir todo lo que hay de ojos para adentro. Que hay que descomponer el término para ajustarlo a la realidad...

Me encanta tu búsqueda, es algo muy grande.

VA.Coaching Marcando Posibilidades dijo...

Hola:
Creo que nos lleva toda la vida, esta sagrada-mística vida, conocer o reconocer cual es nuestra zona, nuestra mejor zona. Pero cuanta necesidad de aferrarme a este sentimiento que descubro, me hace fuerte para pararme erguido en este mar de afanados y erguidos otros que viven y mal viven:-cada uno en su zona. Si abrieramos nuestros parametros de ver y mirarnos, de sentirnos; quizás descubramos cuantas zonas en común tenemos...
abrazos de mi zona a tu zona

andrea