A veces merece la pena hacer un esfuerzo tan solo para escuchar un buen acento neoyorkino. Ciertamente en la primera parte del curso de Bob Mandel (en el que he participado este fin de semana) pensé que la mejora de mi fonética inglesa iba a ser el único tesoro que me llevaría tras compartir con este gurú made in USA de ascendencia europea.
Tiempo al tiempo:
la perseverancia casi siempre tiene su cosecha. En la segunda jornada Mandel demostró -sin apuntes, power point, ni más recurso que su memoria- que es capaz de mantener la atención de doscientas personas encerradas en el subsuelo de un céntrico hotel durante muchas horas para seguir un discurso en el que el referente mundial del auto-liderazgo actualiza sus reflexiones cada treinta segundos. Vale, cada trimestre en una dinámica evolutiva que suele caracterizar a "los grandes".
Tiempo al tiempo:
la perseverancia casi siempre tiene su cosecha. En la segunda jornada Mandel demostró -sin apuntes, power point, ni más recurso que su memoria- que es capaz de mantener la atención de doscientas personas encerradas en el subsuelo de un céntrico hotel durante muchas horas para seguir un discurso en el que el referente mundial del auto-liderazgo actualiza sus reflexiones cada treinta segundos. Vale, cada trimestre en una dinámica evolutiva que suele caracterizar a "los grandes".
¿Se trata de uno de los grandes? Es la primera pregunta que uno se hace cuando participa en estos saraos en los que a ratos tienes la sensación de hallarte ante un tele-predicador, a tramos que escuchas a un sabio, y en los descansos que -sencillamente- es un ser humano escribiendo su historia. En una palabra: como usted, como yo, sometido a envejecimiento, desgaste, limitaciones y miserias. Decididamente, los gurús no son perfectos. ¿Quién dijo que debieran serlo? Todos buscamos modelos referenciales en los que inspirarnos para crecer, aunque sea "a lo ancho", como dice mi sarcástica amiga.
He escrito casi un cuaderno completo con sus enseñanzas. No me propongo resumir, ni sesgar el contenido bien recopilado en numerosos vídeos y libros. Quien desee saber más puede visitar su web. Por mi parte me retiro a mi cuartel meditativo para dar con la fórmula personal e intransferible que haga posible que el equilibrio se instale en mi vida sin que el éxito mundano devore el cultivo de la energía, el ocio y el espíritu. Y sin que la contemplación aniquile mi pulsión emprendedora. Prometo no olvidar una frase de este mediodía: nuestra biología es nuestra biografía. Tan simple como rotunda, y me aplico la balsámica pomada.
www.bobmandel.com
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