¡Toy contenta!
Por fin he conseguido uno de mis objetivos: volver a mis 57 kilos. Aunque... ahora los días de viento quizá alce el vuelo entre las gaviotas del Cantábrico, como dice mi amigo gallego Antonio Zhas. O flote como la niña de la fotografía (de Manel Muntada) adherida a la pared con cinta aislante. Claro que también me ha dado por pensar que acaso simplemente ¡me estoy encogiendo!
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