viernes, 31 de octubre de 2014

Un Gramo de Ternura


El muchacho del jersey azul quiso colarse en un taller de adultos que facilito, pero Alberto -el responsable de la coordinación de actividades- le preguntó a dónde iba. El chico se hizo el sordo ocupando una silla junto al resto de los alumnos, pero venía sin cuaderno y no se había matriculado. Alberto insistió con amabilidad en que saliera de la clase y nos dejase trabajar intensa y lúdicamente. El muchacho del jersey azul se comportó como si fuese mudo y se puso tan tieso que parecía una estatua, aunque en ningún momento dejó de sonreír.





Al poco llegó una niña que acababa de elegir un cuento entre los cientos que ofrece la biblioteca y -al oír risas que salían cuan mariposas del taller que coordino- quiso participar. Intervino de nuevo Alberto a quien le resultó difícil convencer a la niña de que no podía estar allí. ¡Al menos ella traía un cuento! A regañadientes salió del aula y se puso junto al muchacho al que llamó Tintín ya que al parecer se conocían.






Finalmente entablaron un diálogo gestual que contemplé con regocijo. El muchacho le dijo a la niña que era más alto, y ella le contestó que hacía trampa porque estaba subido en un escalón verde. Forcejearon entre sí pero Tintín no cedió el pedestal, así que seguía siendo más alto. Entonces la niña le espetó: ¡pero tus pies son más pequeños! 




Un miércoles cualquiera en Donostia Kultura Aiete.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

1kg de ternura...
Gracias

Azucena Vega Amuchástegui dijo...

Lástima que un comentario tan hermoso sea anónimo. En cualquier caso ¡¡gracias, seas quien seas!!

¿Sabes? ... A veces me pasa "factura" profesional mostrar mi vulnerabilidad, mi lado más humano hay quien desde el aprecio me alerta-recomienda que evite este tipo de artículos... ??!! Prefiero exponerme, correr riesgos... porque quizá la ternura (o el humor) no estén en contraposición con la eficacia, el conocimiento, la racionalidad ¿no te parece? Mil gracias, anonimo/a. Y un abrazo desde la bahía de San Sebastián.