Somos... vamos siendo... nos convertimos... en la amalgama de los impactos que recibimos de la vida y de los otros. No sólo los impactos ¡claro! sino la reflexión-digestión que hacemos de lo que nos acontece y así... ¡avanzamos!
Este es parte de mi equipo en Zaragoza(*). Hoy hemos terminado una serie de encuentros que comenzaron en Noviembre de 2015 con el pretexto de aprender a Construir Equipos para Transformar Organizaciones, tema que se está convirtiendo en mi especialidad por el convencimiento de que a partir esa molécula llamada equipo es posible contribuir al logro de objetivos empresariales, la satisfacción de los clientes y el desarrollo-bienestar de los profesionales.
Durante seis meses nos hemos reunido para compartir y -como en toda experiencia humana- hemos tenido altibajos que hemos ido solventando a base de honesto análisis de situación, reflexividad, paciencia, bondad, conocimiento, humor y compromiso... en fin, ese cóctel presente en todo grupo humano que -cuando florece y se aproxima a su potencial- se transforma en ¡equipo! ¡Bingo, objetivo cumplido!
En este caso el anfitrión era la Fundación Ibercaja a través de Ibercide, Centro de Desarrollo Empresarial, con sede en el conjunto monumental del Monasterio de Cogullada y su cuidado bosquecillo.
Dado que me dedico a la intervención con profesionales y empresas más que a la docencia, me sigue sorprendiendo hasta qué punto es cierto aquello de que "... si quieres aprender algo lo enseñes..." ya que te obliga a articular tu know how de una manera pedagógica y a movilizar recursos creativos (metáforas, cosificaciones y dinámicas) que faciliten la comprensión.
Enseñar también anima a investigar-profundizar en las metodologías que utilizas en tu quehacer cotidiano. Además, estar en contacto con otros profesionales enriquece enormemente tu propio conocimiento. Me siento muy agradecida a Salvador, Ana, Pedro, Fernando, Rosa, Helena, Sandra, Juan, Chus... ¡a todos!
Enseñar también anima a investigar-profundizar en las metodologías que utilizas en tu quehacer cotidiano. Además, estar en contacto con otros profesionales enriquece enormemente tu propio conocimiento. Me siento muy agradecida a Salvador, Ana, Pedro, Fernando, Rosa, Helena, Sandra, Juan, Chus... ¡a todos!
Metodología low tech
al servicio del aprendizaje.
En el último módulo del curso Construir Equipos para Transformar Organizaciones hemos abordado la vanguarida de la vanguardia, es decir, la Teoría U que ha inspirado a los alumnos y me ha permitido recordar los "ocho puntos de acupuntura" desde los que el ideólogo del MIT, Otto Scharmer, plantea la mejora del planeta. A mi entender, tres de esos "puntos de acupuntura" conectan de manera esencial con el trabajo en equipo.
En primer lugar, el trabajo con T mayúscula, aquel que se ejerce desde la vocación. En segundo lugar, el liderazgo entendido como la búsqueda-exploración-hallazgo y vivencia del máximo potencial. Y en tercer y último lugar, la evolución del ego-system (centrado exclusivamente en el yo) hacia el eco-system (centrado en el todo). En fin que somos... vamos siendo... nos convertimos... en la amalgama de los impactos que recibimos de la vida y de los otros. No sólo los impactos ¡claro! sino la reflexión-digestión que hacemos de lo que nos acontece y así... ¡avanzamos!
Haz un trabajo que ames.
En su defecto ama el trabajo que haces. Y -en cualquier caso-
¡permanece en contacto con el universo! Otto Scharmer, MIT.
(*) Faltan Chus, Mayte, Alberto, Virginia, Lola, Sonia...
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