Tras algunas reflexiones alcanzo la conclusión de que el sentido en el vivir y trabajar consiste en "proteger la esperanza".
Me paso el día entrando (y saliendo) de las organizaciones productivas donde los humanos nos dejamos la piel (que a veces es necesario) y las alas (que nunca es necesario) porque aunque seamos "ángeles caídos" sin esperanza no merece la pena vivir.
Sabido es que los peces grandes se comen a los pequeños. El caso es que una empresa de Munguía (Vizcaya, País Vasco) llamada Alkargo S.Cooperativa se ha librado de las fauces extranjeras que iban a adquirirla para utilizar su tecnología como base para alcanzar nuevos mercados. ¿Qué ha pasado? ¿Quién se ha cruzado en el camino sembrando un poco de esperanza en los resecos ojos de quienes a diario buceamos en las miserias humanas?
Diez profesionales de Ner Group se han "jugado" sus ahorros personales para retener la propiedad, el conocimiento y los puestos de trabajo (sesenta) en tierra vasca ya que la empresa está en fase concursal en manos de un administrador y del juez que tutela el proceso. Alkargo coloca sus transformadores eléctricos en las dos grandes firmas del sector: Iberdrola y Endesa y practica la conocida fórmula: C+C+e = capital + conocimiento + experiencia. Es este bagaje el que los inversores de Ner Group han defendido de los tiburones extranjeros...
Aunque no conozco personalmente a los profesionales que arriesgan sus ahorros en esta jugada empresarial, conozco a Koldo Saratxaga y junto a él he participado en algunos cursos de verano y jornadas en Innobasque. Creo que iniciativas como la de Ner Group inclinan la existencia del lado de la esperanza ¡y lo agradezco!
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