domingo, 27 de agosto de 2017

Inteligencia Social, connecting people!



Por fin  Daniel Goleman reconoce que la inteligencia emocional es necesaria, aunque no suficiente, para liderar. Veintidós años después de hacerse mundialmente famoso por la divulgación de la inteligencia emocional como una competencia esencial del liderazgo, Goleman ha realizado nuevos descubrimientos -que divulga en la Harvard Business Review- según los cuales la biología de los humanos "condiciona" la capacidad de liderazgo de un profesional, lo que vendría a disolver el viejo dilema de si el líder nace o se hace...



La inteligencia social es un wifi neuronal
que resuena con el entorno
y propicia o dificulta la conexión.


Goleman y su equipo ponen en el gran angular mediático: the mirror neurons, spindle cells y oscillators, complejos sistemas que todos llevamos incorporados y que podemos traducir como: neuronas espejo, células fusiformes y osciladores (que emiten ondas). Estas pequeñas partículas de nuestro cerebro son las responsables de que contemos con una poderosa o miserable "inteligencia social" y que -por lo tanto- podamos ascender o descender en el organigrama. He dicho pequeñas partículas y en el caso de las spindle cells -responsables de nuestras intuiciones- son cuatro veces más grandes que el resto de las células cerebrales ¡curioso! ¿no les parece?

Boyatzis, Goleman y sus equipos han estudiado algunos líderes empresariales exitosos alcanzando la conclusión de que se mueven por el mundo con soltura emitiendo sonrisas a quienes se cruzan en su camino, agradeciendo el buen trabajo realizado, haciendo preguntas abiertas que muestras genuino interés por los demás, expresando con tacto y respeto sus discrepancias y -en general- haciendo gala de una conducta amable con el entorno en el que se mueven como pez en el agua mientras se dirigen a la cima.




¡Ah! una última aportación de la Harvard Business Review: la risa es un asunto serio ya que los líderes con inteligencia social -que motivan más y mejor a sus equipos- sonríen y hacen sonreír hasta cuatro veces más que los colegas con exigua inteligencia social. Ya sabe: ¡sonría, por favor! 

La inteligencia social del líder es
el "interruptor motivacional" de su equipo. 



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