En el poema "La pestaña del lobo" (Clarissa Pinkola Estés) la protagonista mantiene un dialogo reflexivo en el que el lobo le dice a la mujer que su misión es hacer preguntas y que -en realidad- sólo hay una pregunta que merece la pena: ¿dónde está el alma?
Pinkola Estés considera que cualquier cosa que encontremos, persona con la que nos crucemos y acontecimiento que nos alcance, es un don que se debe utilizar en la configuración del alma. ¡Arduo trabajo! reconoce la escritora que a sus setenta y tres años practica una actividad plena como psicoanalista, pintora, escritora y docente introduciendo a las nuevas generaciones en la vía contemplativa.
Termino estos días la segunda lectura de "Mujeres que corren con lobos" cuyo texto me acompaña desde hace veinte años. Entonces el libro me pareció brutal y -aunque rumié sus enseñanzas con placer- lo dejé a un lado como un caja de explosivas verdades para las que no estaba preparada. Sigo pensando que el contenido del ensayo es brutal (y único en su género) y que las cosas, personas y acontecimientos de los últimos veinte años me han preparado para hacer preguntas, intuir los senderos que transita el alma e introducir a las personas en la vía contemplativa a través de la reflexividad. Se trata de un concepto desarrollado por los profesores Michael West y Kurt Lewin (Universidad de Lancaster) que propone un sereno análisis de evidencias respondiendo a la doble pregunta de: ¿cómo lo estamos haciendo y cómo podemos mejorar?
La práctica de la reflexividad tiene unos prerequisitos entre los que cabe destacar el genuino interés por la verdad, la pausa para valorar el impacto de nuestras acciones, humildad en el reconocimiento de errores, pasión por mejorar, entusiasmo ante los cambios y alternancia entre la acción y la reflexión como un armónico tándem. La práctica de la reflexividad incrementa la "consciencia", ángulo ciego del liderazgo contemporáneo. Además, la reflexividad forma parte de los factores que impactan de manera relevante en el funcionamiento de los equipos como muestra el profesor David Deming (Harvard) en su reciente publicación The Growing Importance of Social Skills in the Labor Market.
La práctica de la reflexividad tiene unos prerequisitos entre los que cabe destacar el genuino interés por la verdad, la pausa para valorar el impacto de nuestras acciones, humildad en el reconocimiento de errores, pasión por mejorar, entusiasmo ante los cambios y alternancia entre la acción y la reflexión como un armónico tándem. La práctica de la reflexividad incrementa la "consciencia", ángulo ciego del liderazgo contemporáneo. Además, la reflexividad forma parte de los factores que impactan de manera relevante en el funcionamiento de los equipos como muestra el profesor David Deming (Harvard) en su reciente publicación The Growing Importance of Social Skills in the Labor Market.
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