domingo, 14 de octubre de 2018

Observar al Comité de Dirección



La semana pasada asistí al primer comité de dirección de una empresa del sector del automóvil al que entrenaré durante los próximos dos años. 

El objetivo del encargo es que cada profesional siga brillando con luz propia en su especialidad y -al mismo tiempo- sepan (y quieran) "jugar en equipo" de manera que la empresa se mantenga en los niveles de excelencia alcanzados en cuanto a resultados y añadan cohesión (inexistente) y colaboración.

Como es habitual, el primer encuentro me sitúa en la posición de "observador" que permite captar interesantes detalles de fondo y forma que reverberan con el Modelo Iceberg de Kelvy Bird

Bajo la evidencia de los hechos hay patrones de comportamiento, estructuras organizacionales, modelos mentales y -finalmente- una visión del futuro deseado.




Lo que pude observar en el primer encuentro es solo el 10% que sobresale por encima del océano-mar de la realidad de ese equipo de fortísimas personalidades y talentos que, sin embargo, no atisban la visión compartida de un futuro que han de construir transitando con destreza entre la permanencia y el cambio. La permanencia de lo que les ha traído hasta el hoy (esencia del negocio), y el cambio de lo que no alcanzarán de otro modo en el mañana.

El muestreo es escaso (una sola jornada de observación) pero al término del encuentro me acordé de Maquiavelo quien en el siglo XV dejó escrito: "... No hay nada tan asimétrico como cambiar el orden de las cosas. Los que proponen un nuevo orden tienen la férrea oposición de los que les ha ido bien en el viejo y la tibia adhesión de los que les puede ir bien en el nuevo...".  Continuará.


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