viernes, 26 de octubre de 2018

Ocio y Negocio ¿en qué proporción?



Esté en mi ciudad o lejos de ella, nunca olvido la alternancia ocio-negocio. Siempre que sea capaz de mantener cierto equilibrio entre ambas se retroalimentan y sostienen mi vida con un flujo de actividad en el que no siempre está clara la frontera entre mi trabajo y mis hobbies a los que me entrego con vehemencia.

Compruebo que cuando me aventuro en una gran librería -y me permito vagabundear- algún libro interesante ¡me encuentra! 

Vivo ese momento con chispeante regocijo como si el volumen hubiese sido escrito para mí. Juego con el libro, lo acaricio y -finalmente- lo abro aleatoriamente en una página en la que encuentro un texto que clarifica algún dilema con el que me debato en ese momento...  




Aunque soy consciente de que se trata de un juego ¡me divierte! Comparto con ustedes un texto (que encontré la semana pasada) escrito por el monje budista japonés del Período Edo, Asai Ryoi, que pertenece al  Ukiyo monogatari (1662):




"... Vivir momento a momento, abandonarse por completo a la luna, a la nieve, a las flores de cerezo y a las hojas rojas de los arces, cantar canciones, beber sake, consolarse olvidando la realidad, no preocuparse de la miseria que tenemos delante, no dejarse desalentar, ser como una calabaza vacía que flota en la corriente del agua: a esto lo llamo ukiyo, el mundo flotante (*)...".




(*) "Mundo flotante" alude a la vida efímera de los placeres al entender que el verdadero mundo está más allá de las apariencias de acuerdo con el budismo que Asai Ryoi practicaba en un templo de Kioto (Japón). 

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