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jueves, 6 de mayo de 2010

¿Quién lidera al lider?

Veintiuno, veinte, diecinueve... el sputnik formativo despegando. Cuenta atrás hacia el encuentro en Zaragoza con una veintena de profesionales que desean formarse en Coaching. Algunos me han hecho llegar preguntas por Email incluso antes de conocernos. Hay una que me ha removido y dice lo siguiente: En sus artículos, usted explica que el Coaching es -entre otras consideraciones- un estilo de liderazgo. Yo que estoy al frente de un departamento de treinta personas en una multinacional de los seguros, en ocasiones me pregunto ¿quién lidera al líder?

Sin duda esta persona siente la soledad de los directivos que no pueden confesar debilidades, dudas o temores para evitar que les devoren las carroñeras aves del entorno. Es algo común en los cargos de confianza, en la alta dirección, y es una de las principales razones por la que algunos de ellos contratan Coaches: allá arriba sopla un viento gélido que hiela las entrañas. Mejor vivirlo en compañía de un sherpa que sin juzgar escucha, que sin resolver orienta, que sin restar protagonismo aporta la sabiduría de quien ya ha transitado esos senderos.

Recuerdo el reiterativo consejo de mi mentor Sir John Whitmore... Azucena, entrena a líderes... en la convicción de que musculando la cabeza de las organizaciones, fortaleciendo las competencias de aquellos que toman decisiones, se produce un efecto en cascada de mejora, satisfacción, rendimiento y plenitud en todo el sistema.

Y -ante mis reticencias- John insistía: Entrena a líderes porque no hay tiempo... Es el enfoque del Coaching Transpersonal de altos vuelos que practica el gran Sir John Whitmore, padre del concepto Coaching empresarial y europeo. Me pregunto cuanto habrá de cierto en su percepción de que no hay tiempo... para un cambio de paradigmas en la humanidad.

Soy consciente de que -de momento- no respondo a la pregunta de ¿quién lidera al líder? Sin embargo, hay un libro interesante cuyo título sugiere una respuesta. Publicado por Lid Editorial, y firmado por catorce expertos en Coaching (Fernández Aguado, Juan Carlos Cubeiro, Germán Nicolás, Viviane Launer...) lleva en la portada su mensaje: Forjadores de Líderes... en referencia directa a los Coaches. En sus 334 páginas explica cómo liderar a líderes y deposita sobre nuestros frágiles hombros (los míos al menos) la responsabilidad de estar al lado de quienes toman decisiones empresariales, artísticas, docentes, políticas o culturales. Bonito tema para la vídeo-conferencia formativa que tendremos a finales de este mes;y desde luego precioso tema moral para las organizaciones gremiales de Coaching en nuestro país: AECOP, ICF y ASESCO. Sputnik en marcha:veintiuno,veinte,diecinueve... hacia Zaragoza.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ser o no ser

Ya lo dijo Shakespeare: ser o no ser... esa es la cuestión. Se prolijan estos días los informes sobre estrategias marketinianas que permitan a los Coaches construir sólidos despachos y hacer de su vocación una profesión. La mayoría provienen de Estados Unidos, de la ICF, y de otras veteranas organizaciones y -como vengo compartiendo desde hace años- si bien hay cuestiones comunes al planeta entero hay otras en las que la cultura, la sociología, los códigos gestuales, verbales, el llamado emprendizaje, el mundo empresarial y un largo etc. marcan diferencias entre tácticas que funcionan/ no funcionan.

Ocurre como en el liderazgo posicional cuya propuesta no es otra sino la de liderar a cada persona de una manera diferente acorde con las motivaciones de cada cual. Hay que pegarse al terreno de las personas a las que dirigimos -si somos líderes organizacionales- y de las personas a las que entrenamos, si somos Coaches.

Saben que suelo ejercer como mentor de Coaches en rodaje lo que -con frecuencia- me enfrenta a preguntas sobre la gestión de mi despacho. Me niego a llamarle negocio, aunque lo sea, y me niego a llamarle empresa porque mi sueño no pasa por ahí. Es un despacho: un lugar de encuentro que dicen es como una casita porque tiene un aire de desorden entre el jardincillo lleno de árboles, el osito que forma parte de la decoración (y es mudo para preservar la confidencialidad), la ovejita con sus mensajes encima de la mesa, los libros invadiéndolo todo, los papelógrafos cubriendo las paredes de la zona de los equipos, los botes de rotuladores multicolor, los ordenadores y la tetera que tiene un papel estelar en las jornadas de trabajo.


No es fácil responder honestamente a las claves que me han hecho llegar hasta el hoy. Sólo sé que como Coach he trabajado muchas horas, muchos días, todas las semanas, de estos últimos siete años. Y antes... seamos sinceros... también. Antes como periodista, escritora, animadora de talleres de escritura y creatividad, cosas que ya cuento en mi perfil. En fin, no me desvió, vuelvo a lo que me preguntan: cómo se hace para transformar tu pasión en tu profesión. Seamos prosaicos: para vivir de lo que amas.

He escrito varios artículos sobre este mismo tema en diversas publicaciones generalistas y especializadas a pesar de lo cual deseo volver a abordarlo con frescura. Ser o no ser, esa es casi siempre la cuestión. Ser una persona que desea servir. Hacer de la escucha una actitud existencial. Canalizar la curiosidad por el mundo en forma de preguntas. Mirar al otro como sagrado merecedor de la máxima atención. Desear apasionadamente aportar, contribuir, apoyar, alentar sueños. Dejarse la piel en ello: no hay otra. Creer por encima del cansancio, del desánimo, de las circunstancias propias y ajenas, de los ritmos, de las mareas y de las batallas. De la luna nueva y de la luna llena. De los logros y de lo que se tuerce, se retrasa, se ausenta. Volver a empezar una, mil, ciento veinte mil veces. Seguir creyendo en el ser humano cuando te traicionan. Seguir apostando por alguien cuando todos le han abandonado. Ser la presidenta del club de fans de muchas personas agitando el banderín de lo posible, de lo alcanzable desde el tesón, la persistencia, la esperanza. Siempre.

Ser un humano que se somete al desgaste de intentar y fallar, intentar y lograr. Seguir mirando el horizonte sabiendo que no estamos solos, que alguien alienta nuestra vida del otro lado de esa línea que parece lisa y es rugosa, como nuestro cerebro, ese mágico mecanismo que nos permite aprender y mejorar en compañía. Uno sabe cuando está en presencia de alguien que se deja la piel apoyándote. Lo siente. No hay mucho que explicar. De verdad.

sábado, 25 de julio de 2009

Pastel neuronal

Son las ocho de la mañana del sábado 25 de julio, festividad de Santiago. Salgo del garaje montada en mi vieja bicicleta Trek. Enfilo el paseo de La Concha: todo el carril de bicicletas para mi sola, algo inusual porque entre semana parece la M-30 (Madrid) en hora punta. Dieciocho grados de temperatura, cielo azul, despejado, que presagia un precioso y soleado día de verano. Me cruzo con algunos jóvenes sudados que cierran su juega nocturna caminando a trompicones y en manada hacia sus casas. Algunos patinadores con casco, rodilleras y cara de velocidad disfrutan como yo del espectáculo: el mar, hoy sereno como una tacita de plata en la que flotan un centenar de yates atracados en las cercanías del puerto. Pedaleo.


Todos los semáforos saludan en verde mi paso animando la jornada que me he propuesto vivir en el despacho: ocho horas seguidas, un bol de frutas y un bocadillo casero y generoso. Aún sobre la bicicleta enciendo el horno neuronal: orden de "On", lo necesito en plena forma para escribir una ponencia de treinta folios, de un tirón. Me cruzo con algunos padres de familia (tienen una cara especial y todos llevan camisas claras de cuadritos) con el periódico, el pan y los croissants para el desayuno. Aparco en el árbol más cercano a mi despacho. El bar de enfrente está aún cerrado, la terraza sin instalar. Un silencio sólido en la calle San Marcial. Las dos puertas del portal cerradas con llave. Subo a 250 grados el horno neuronal. Abro la puerta del despacho y me siento frente al ordenador. Comienzo a cocinar mi pastel.


Pienso en ellos, los asistentes a la ponencia: encorbatados, empresarios, gerentes, jefes de recursos humanos, profesionales liberales, hombres y mujeres ávidos de soluciones al momento actual cuajado -para ellos- de trampas, cuajado -para mi- de oportunidades.


Pienso en los otros, los organizadores: la Cámara de Comercio Industria y Navegación de Bilbao, el Colegio Vasco de Economistas de Guipúzcoa, el Colegio Vasco de Economistas de Vizcaya, y Adegi (la Asociación de Empresarios de Guipúzcoa) todos quieren una ponencia de nivel intelectual, económico y laboral salpimentado de anécdotas, casos y referencias exitosas.

Pienso en los de más allá, la prensa y sus entrevistas antes y después de las jornadas. Quieren carnaza, desde el principio de los tiempos, la prensa se alimenta de emociones fuertes. Habrá que darles un titular amarillo, populista.

Pienso en nosotras, las dos ponentes del evento: Maite y yo, con currículums blindados y estilos heidianos, espontáneos, juguetones, risueños. Las dos profesionales del Coaching, creyentes de sus bonanzas y apasionadas con el invento. Acordamos escribir textos complementarios, equilibrados, discursos digeribles, prácticos.


Gran desafío: tengo por delante ocho horas encerrada en el despacho. Frutitas y bocadillo casero. El horno neuronal lleva media hora encendido. Está a punto, junto con los ingredientes: apuntes, estadísticas, libros, papelográfos, mapas mentales, rotuladores de colores y las manos ágiles para manejar el teclado. Me pongo con ello. Les contaré luego. Al final de la jornada. Y les invitaré a una porción del pastel recién horneado. A la degustación vendrá el apostol. Santiago, majillo, ¡Échame una mano!

sábado, 7 de marzo de 2009

Juego

Juego luego existo.
Hace unos días estuve en Alemania donde los ciudadanos practican estrategia jugando al ajedrez en los jardines de las ciudades aunque el termómetro se aproxime a cero grados. Utilizan enormes piezas (blancas y negras) huecas y ligeras sobre un tablero situado en el suelo de unos diez por diez metros cuadrados -ver foto correspondiente en el álbum Picassa de este blog-.

La tarde en la que me paré a contemplar la partida sólo había hombres. Parecían si no amigos al menos conocidos, parroquianos habituales de la estrategia mental que se reunen en un entorno hermoso cuajado de verde (árboles) y silencio y ajenos al ajetreo productivo de la ciudad -en este caso Stuttgart- para desafiarse cordialmente siguiendo unas reglas pre-establecidas que comparten.

Juegan y mantienen vivo al niño interior que todos llevamos dentro y se alimenta de actividades lúdicas cuya única finalidad es el gozo de practicarlas. Estuve allí un buen rato, me hice la fotografía correspondiente que ahora comparto con ustedes y me dio por pensar que el juego del ajedrez tal vez reproduzca a escala la vida misma. Negras y Blancas parten hacia la batalla dotadas con el mismo ejército y el triunfo o la derrota depende en exclusiva de la habilidad estratégica de quien lo mueva.

El contrincante más impulsivo (fichas negras) pensaba poco y sentía mucho. Con una agitación depredadora realizaba movimientos enérgicos -casi agresivos- y en su juego devoraba piezas como un tanque que avanza sin piedad sobre un campo de amapolas. Pronto cayeron a sus pies muchos peones, e incluso un caballo y un alfil blancos salieron del tablero humillados por el ejército enemigo -mucho más rápido y castigador-. El caballero negro parecía eufórico cuando en el movimiento decimotercero el jugador blanco (sin duda más estratégico) le espetó un jaque-mate al rey. Redoble de silencio. Contrariedad en el jugador de piezas negras. Derrota irreversible.

El temple lo es casi todo en la vida... pensé entonces y me alegré de llamar a mi empresa Coaching Estratégico es decir que tiene en cuenta los cambios, los vaivenes de las personas, los proyectos, el flujo financiero y hasta las modas. No me quedé contenta con esa reflexión y ya en casa -con el gato Fussel sobre mis rodillas- pensé que la esencia de la estrategia es la escucha; una escucha de calidad al propio fluir de la conciencia y a los movimientos externos del mercado, las personas y las tendencias.

In/ Ex ... Interno/ Externo... dos movimientos complementarios como el subir/ bajar de las mareas. Estrategia interna o saber hacia dónde te diriges (objetivo el Rey contrario) y estrategia externa o contemplación atenta de los movimientos que se van produciendo en el tablero (objetivo salvaguardar tu propio ejército). Si toda la atención está sólo en ti... pierdes perspectiva. Si toda la atención está sólo en el otro... pierdes perspectiva. In/ Ex... todo un vals.

Escuchar lo que las personas, circunstancias y situaciones dicen. También aquello que no dicen y que -a veces- es tan importante o más que lo que se formula en voz alta. En la vida y en el ajedrez las cosas precisan tacto, atención e intención. En fin, estrategia que entre otras cosas es pensar en el medio-largo plazo así como en las consecuencias de los actos que realizamos.

En el libro Controle su destino de A.Robbins se reproduce un experimento inquietante realizado con niños de tres años. Durante más de quince minutos se les dejó solos en una habitación en medio de la cual había una mesa llena de caramelos envueltos en papeles de colores. Se les explicó que mientras estuvieran en la habitación sólo podían coger un caramelo por niño y que el que no cogiera ninguno recibiría tres a la salida. De manera natural se formaron dos grupos: el de los niños que se comieron un caramelo de inmediato y el de aquellos que prefirieron esperar recibiendo tres caramelos a la salida. Al cabo de treinta años se realizó el seguimiento de las vidas de esos dos grupos de niños (entonces ya plenamente adultos). Curiosamente los que supieron postponer el placer inmediato por el triple placer posterior tenían mejor posición académica, económica, social y profesional. ¿Azar? ¿Coincidencia? o ... ¿Estrategia?

domingo, 26 de octubre de 2008

Asociación Española de Coaching

Una veintena de coaches levantinos y parte de la junta directiva se reunieron la semana pasada en Valencia para evaluar el pasado, presente, y futuro de esta emergente profesión desde el ángulo de la Asociación Española de Coaching, Asesco, nacida en el año 2000 y pionera en nuestro país.

La reunión gremial fue precedida de una sabrosa y abundante comida en la Pizzería Roma cuyo postre-degustación de profiteroles, helados y tartitas no tiene nada que envidiar al más exquisito restaurante napolitano.

Durante el encuentro, el presidente -Javier Tejerina- informó del blog del coach, un lugar en el que los asociados podrán participar activamente con sus textos, fotografías y vídeos. También se recordó que de los 129 asociados el ochenta por ciento (103) son coaches certificados: un auténtico diferencial frente a otras organizaciones gremiales y, desde luego, una garantía de formación, calidad, y ética profesional. Después se debatieron con vehemencia dos temas: la mejora y fortalecimiento de la "marca Asesco" y la posible subida de cuotas de afiliación (en la actualidad 75 euros anuales). La asamblea estuvo muy animada y dio paso al desarrollo de tres ponencias ante un público generalista con mayoría de directivos.

La secretaria de Asesco, Élida Peñalver, desarrollo con estilo impecable el presente de la organización, con representantes en la práctica totalidad del país, recordó las posibles vías de acceso al reconocimiento como coach certificado de Asesco y otros asuntos de índole burocrática. También se puso a disposición de los presentes con el talante servicial y dinámico que le caracteriza.

Por su parte Vicente Fernández, coach valenciano, animó a los presentes a salir de la llamada "zona de confort" en la que, con frecuencia, vivimos anestesiados (como un hamster en su rueda giratoria) para adentrarnos en senderos más atractivos.

En último lugar intervine yo, realizando un breve apunte histórico sobre los origenes del coaching, las fuentes de las que emana y se alimenta, las diferencias con otras disciplinas como la consultoría o la terapia, las llamadas herramientas del coach en su trabajo cotidiano con líderes, equipos u organizaciones y el desafío de contribuir con nuestra profesión a la mejora de la vida sobre el planeta tierra. En verdad suena pretencioso. Sin embargo, no lo es. Si mejoramos la vida de una persona, si incrementamos la satisfacción cotidiana del trabajo productivo de un equipo, si conseguimos que individuo-equipo-organización estén alineados como los círculos concéntricos que provoca una piedra lanzada a un estanque... necesariamente mejorará el planeta. Y ese es, a mi entender, el desafío que todos tenemos entre manos.

Asesco construirá marca con charlas que realizará por toda España en lo que denominamos el Tour de la Asociación Española de Coaching. La siguiente cita será en Bilbao, mi tierra, durante el primer trimestre de 2009. Quedan invitados.

jueves, 26 de junio de 2008

La decisión de ser feliz

La decisión de ser feliz consiste en
disfrutar de lo que uno ya tiene...
mientras se encamina hacia el desarrollo del máximo potencial.

Tan simple como difícil de recordar,
de sentir, de vivir, en el día a día.

Creo en lo pequeño, en los detalles,
en el grano de arena que, al cabo de los tiempos y la persistencia
construyen montañas de logros.

La decisión de ser feliz conlleva el coraje de cambiar.
Cambiar las inercias, las rutinas, los fósiles mentales.

La decisión de ser feliz conlleva fe en que algo mejor
nos aguarda justo al otro lado de la llamada "zona de confort",
esa que nos resulta tan cómoda como amordazante,
la misma que nos tiene maniatados a eso que los
Coaches definimos como "toleraciones", cuestiones de nuestra
vida que nos desagradan y que, sin embargo, permanecen
durante lustros a nuestro lado como una sombra alargada
que nos impide crecer, rozar el cielo con las yemas
de los dedos.

Es posible. Sí, los pies en el mundanal ruído,
,en la tierra, hundidos como profundas raíces de roble.

Es posible. Sí, las manos en el espiritual cielo,
sin límites (A.Robbins) como esas nubes algodonosas
que contemplo ensimismada cada vez que viajo en avión...

"Gozamos del derecho y la obligación de ser felices
-dice el escritor y psicólogo Jorge Bucay-
mientras tengamos el privilegio de estar vivos".

El Coaching apoya procesos de cambio.
El Coaching posibilita el impulso para saltar
fuera de la "zona de confort".
El Coaching acaba con las toleraciones.
El Coaching permite alzar el vuelo hasta la mejor
versión de uno mismo.

El Coaching es el arte de mejorar la vida y los negocios.
Podemos tomar una decisión, aquí, ahora: la de ser felices.

Comentarios bienvenidos en :
azucenavega_coach@yahoo.es