Les contaré una historia contemporánea: Una sirena de Bermeo ama a un capitán y aunque hace muchos meses que no coinciden en el Cantábrico ella vive para el recuerdo y la emoción de sentir, de sentirLE. Cuando por primera vez ella se hizo a la mar buscando pasión, en verdad halló en el capitán el sabor salitre de la vida. Desde entonces pena por su regreso en forma de ola, de viento, de aroma.
La sirena de Bermeo (recia, hecha a si misma, luchadora y de amplia sonrisa) es amiga mía y juntas -a ratos- disfrutamos mucho mientras tomamos un agua Perrier en la terraza del Sheraton Bilbao. Es una diosa cosmopolita que con naturalidad estira su aleta poderosa sobre el asfalto, los despachos y las playas dejando tras de sí -sin pretenderlo- el inequívoco e intenso rastro de quien es único y de quien descubre (con perpleja tristeza) que brillar pasa factura. Una diosa, una sirena de Bermeo, la tierra de mis antepasados paternos, de pescadores, matriarcado y conserveras.
De pequeña le llamaban My o Myri, diminutivos cariñosos que desconoce el capitán, expresiones tiernas de sus amigos; silabas ya lejanas en el tiempo que hoy ella ha recordado para mí.
Había un compañero de cuadrilla que le llamaba Guremy (en euskera, nuestra My), término que ella añora porque incluye tanto la dulzura de un tiempo que se fue -acaso para no volver- como el sentimiento de pertenencia. Formar parte de algo más grande que uno mismo: una pareja, una familia, un pueblo. Guremy, una sirena, una diosa del Cantábrico que hoy ha lanzado al mar su mensaje encerrado en una botella. Un mensaje de amor escrito desde el corazón para un capitán errante que no sabe, que no intuye, que agita la banderola de su navío acaso negra de pirata, acaso blanca y rendida a los encantos de mi amiga: la sirena de Bermeo.
Quiero compartir un final feliz al que hay que otorgarle tiempo y mareas. Acaso la respuesta llegue en un par de plenilunios y entonces... ¡Prometo compartirlo!
6 comentarios:
Lindo relato Azucena, gracias.
Mil gracias Azucena! Me ha llegado al corazón, a ese que controlo tanto para no sentir, para no sufrir, pero que es poderoso porque a pesar de todo siento, sufro y gozo
¿Te cuento un secreto? he sentido envidia de esa "sirena". Como me gustaría llegar a ser la inspiración de algo tan hermoso como tu relato...
Un relato con el que me siento identificada en este momento.
Quisiera ser como esa sirena..., tener la entereza y la capacidad de comprender lo que estoy viviendo para asi tener el control de este mar de emociones y sentimientos que me innundan y que no se como dirigirlos.
Cuentanos mas...
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