domingo, 27 de junio de 2010

Una nube en el ojo

Tenía un amigo budista que tomaba siempre un gota de leche en su té. Con él descubrí la expresión "una nube" de leche... y me pareció poética. Más tarde he conocido a personas que tienen una nube en el ojo... algo que no resulta tan inspirador.

Hoy he visto cúmulos y cirros durante los más de setecientos kilómetros que separan San Sebastián de Vigo. A ratos, cuando el termómetro se alzaba hasta los 32 grados, la cortina de nubes se hacía a un lado y asomaba un brutal cielo azul. En las siete horas de silencio he tenido un momento mágico (casi místico) con un arco iris espectacular. ¿Saben? siempre que veo un arco iris pienso que es un augurio alentador: en este caso, de las próximas jornadas en la Universidad de Vigo donde entrenaré a docentes, investigadores y directivos. Durante el viaje he visto castillos, ríos, puentes, cigüeñas ¡¡la vida en su máximo esplendor!! pero -sobre todo- he conectado con inmensos bosques de encinas, robles, hayas y pinos de diversas clases. Decenas, cientos de kilómetros de foresta, tantos, que tengo un colapso de verde en la retina. Verde y Madera. Ojos saturados de belleza en estado salvaje -acaso la única que en verdad merezca la pena-.

Al mediodía he comido -un menú austero y muy gallego- en un lugar paradisiaco llamado Muiño Acea da Costa (Allariz) al borde de un río lleno de patos, ocas y cisnes bajo los chopos, al lado de una antigua fábrica de curtido de pieles donde ahora hay un museo (ver foto).

Más tarde he descubierto el puerto de Vigo, sus terrazas al aire libre donde las personas disfrutan del mundial en enormes pantallas de plasma situadas sobre la acera. He hecho el crucigrama de EL PAÍS (con más fallos que nunca por mi parte... guagg) y después, he llegado hasta el Parque Do Castro y su fortaleza donde he sentido honda emoción ante unos árboles recios y centenarios.

Ahora, en la cama del hotel, tecleando para ustedes este post, soy de nuevo consciente de que tengo una nube en el ojo, una nube de encinas, robles, hayas y pinos: amigos que habitan el planeta y acaso lo equilibren con su quietud y su silencio. Toca dormir... mañana tenemos mucho entrenamiento por delante. Les dejo ahora. Ya les contaré.

1 comentario:

VA.Coaching Marcando Posibilidades dijo...

Hola Azucena:
podría yo declarar ser tu bolso de viaje???? Me encantiaría viajar contigo y ver tus paisajes, tus árboles, arcoiris...en una palabra quiero usurpar tu observador. y ni decir de estar presente en los entrenamientos como estos que describes en el post... La distancia es mi quiebre ante tu presencia... ya nos juntaremos para que éste conversar tipeado de la era bloguera sean voces encontrando su lugar para conversar... y de mi parte la nube en el ojo con tu estar presente se trasladará a mi corazón.
nuevamente...y como ya lo hiciera en otra entrada:- cuando te pedí prestada la bicicleta, hoy : ¿me prestas tu nube?.
abrazo
andrea