No soy Antoñita la fantástica, aunque me encantaría ;-D
En ocasiones, desde mi rol de Coach observador contemplo como una persona a la que entreno toma decisiones que le precipitan palmo a palmo hacia el abismo. Por supuesto que no tengo la certeza de que sea un precipicio, por supuesto que es humano equivocarse... ¡Claro! que sólo soy un testigo pasajero del sendero cambiante del destino, y que no olvido nunca el respeto al libre albedrío, ni mi código de ética... Sin embargo, ¡es doloroso contemplarlo!
No soy Antoñita la fantástica aunque en ocasiones me lanzo al rescate de lo inevitable porque mi mente jamás acepta el paradigma "inevitable". Jamás, ni siquiera cuando el propio cliente ha tirado bien lejos la toalla del anhelado sueño.
Me encantaría ser Antoñita para dibujar "fantasías animadas" que permitiesen llenar el vacío, asfaltar los baches del camino, y sellar los precipicios existenciales en los negocios, las relaciones afectivas, los cambios de empresa, las carreras profesionales, los másters, los traslados, las bajas voluntarias, las adquisiciones, las fusiones...
La profesión de entrenador conlleva estar con el cliente en el fragor de la batalla, en primera línea de combate: no eres un oteador en la cima a salvo del silbido de las balas, sino un compañero frente al enemigo común que no es otro sino la desesperanza. Lamento no tener una varita mágica, ni poder mostrar las consecuencias del presente en la bola de cristal del futuro antes de que ocurra lo inevitable ¿o acaso no existe lo inevitable?
¿Mimetismo con el cliente? ¿Exceso de compromiso? ¿Desmesurado foco a logro? ¿Ego? ¿Exagerada empatía? ¿Ausencia de desapego? ¿Rebeldía ante las inmutables leyes de la gravedad, el tiempo y el poder? Me quedo con la rebeldía.
Definitivamente: he de aceptar que no soy Antoñita, ni fantástica, sino humana y que a veces me rompo en mil pedazos cuando un cliente -cegado por un espejismo- se precipita hacia el abismo.
1 comentario:
...a veces las cosas no son lo que parecen...ni los caminos...ni los precipicios...ni los aciertos..ni los fracasos...
...Lo inevitable ¿existe?. No sé.
...La vida SI existe...pero las cosas que nos pasan ¿pasan tal y como las percibimos?...No del todo.
Esto me lo dijo, hace mucho tiempo, Bertran Rusell cuando yo tenía 16 años y mi profe de filosofía, Mariela, incluyó su libro -de Rusell- en el temario.
Y esto lo digo yo también ahora, muchos años después. Lo sé. Siempre hay más de un ángulo y más de un prisma que jamás llegaré a intuir y desde el que seré incapaz de ver. Pero a pesar de ello, a pesar de saber que nada es tan rotundamente absoluto (ni siquiera importante)yo también pongo la vida en lo que hago...en lo que defiendo...
...condición humana...pues si debe de ser eso...
Un beso.
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