La vida está hecha de tiempo ¡es todo cuanto tenemos! Tiempo. Mi fascinación por la velocidad o lentitud con la que transcurre el tiempo es tan antigua que se remonta a la infancia. Pero... como tantas otras cosas que envejecen conmigo, la fascinación permanece y se agiganta con los más variados pretextos. En las última semanas me ha dado por mirar el calendario con escepticismo pertinaz negando el más mínimo significado al negro y al rojo que identifican los días laborales o festivos. Me explico...
Dado que soy autónoma, los días -transformados en tiempo líquido- tienen el color que me apetece ya que los lleno o vacío a mi antojo, o casi... Por lo tanto pierde todo sentido la dicotomía que establece dos categorías: los días negros (laborales) y los rojos (festivos). Mi calendario tiene días verdes y amarillos, días arcoiris y días túnel, días públicos y privados y -en todos los casos- el tiempo se estira o encoje como un chicle caprichoso.
De este modo un lunes puede ser un "día privado" si lo destino en exclusiva al descanso, el placer o los recados personales, y un domingo puede ser un "día público" si lo ocupo en actividades vinculadas a tareas o proyectos que implican a terceros.
Ocurre que -por razones que desconozco- cada vez preciso más tiempo para mí en forma de paseos por la playa, silencio en algún templo, contemplación de la naturaleza, sosegada lectura, dormir sin despertador, leer poesía porque sí, hacer estiramientos en el salón de casa, o nadar en la piscina a las 7.30 de la mañana oyendo mi solitaria brazada en el recinto.
Tiempo líquido. Bauman. Oro liquido: un chicle de tiempo que se estira y encoge. Días públicos y privados. Mi fascinación por el tiempo -ese inaprensible magma en el que transcurre la vida- se ha colado en el interlineado de este post cuya pretensión inicial era compartir mi contento -la cálida emoción que me embarga- ante el trabajo realizado que -a decir de los demás- aporta y contribuye a la totalidad de la existencia como las ondas de una piedra arrojada a la superficie acuosa del río Ebro. Eso dicen del encuentro que hemos vivido este fin de semana en Zaragoza. ¡Cielo santo, qué personas más fascinantes!
Invitados por Ibercaja, un grupo de profesionales de rango alto hemos entrenado intensamente la práctica y teoría que propicia la construcción de los equipos transformadores (innovadores) en el seno de las organizaciones productivas. Dos jornadas. Diez horas. Doce personas. Diez mil metros cuadrados de bosque en el Monasterio de Cogullada. Imposible mejorar lo que Rafa ha calificado como "...arte y magia..." que hemos construido transitando del desconocimiento mutuo al diseño de un objetivo compartido, el establecimiento de unas normas consensuadas, cierto grado de confianza, interdependencia, complicidad, pro-actividad, participación, respeto a la diferencia, apoyo incondicional ¡y sentido del humor!
En la fotografía Carlos y Carolina, dos altos directivos de Aragón -apasionados, internacionales y galácticos-, construyendo un "diagrama de afinidad" como parte del learning by doing (aprender haciendo), metodología que a mi entender propicia la integración de los conocimientos en los directivos de manera que tres semanas o tres años después puedan seguir utilizándolos.
Más allá de las convenciones y la diplomacia, he disfrutado y aprendido mucho de ellos, con ellos, porque se han volcado en las dinámicas, aportaciones, preguntas y apoyo mútuo. Mi conclusión es que tanto en los días públicos como en los privados la vida es pura magia y arte si permitimos que fluya en algún puento de equilibrio entre el control y el caos, polaridades extremas, pulsiones y estilos de liderazgo, que hemos de aprender a modular en el apasionante desafío de construir equipos transformadores (innovadores) como palanca de cambio hacia el "futuro deseado".
Esta formación experiencial -recién inaugurada en Zaragoza- ha despertado un gran interés en Aragón, y algunos profesionales que me conocen desde hace años se están dirigiendo a mi para saber si aún es posible incorporarse. Mi recomendación es que se pongan en contacto directamente con la entidad promotora: Ibercide, en el teléfono 976 971988 o en el e-mail: formación @ibercide.es
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