miércoles, 26 de febrero de 2014

Otro emprendedor cae en la cruenta batalla


A las 7.04 el cielo está encapotado y negro en la bahía y los autobuses pasan raudos por las desérticas paradas. Las señoras de la limpieza mueven las fregonas al ritmo de kiss F.MLas degustaciones abren sus persianas, las panaderías introducen las primeras barras  en el horno, muchos hombres -y algunas mujeres- practican running en la Concha.

En el Hotel Niza sólo dos habitaciones tienen luz y -escalera en mano- el limpiacristales mira al horizonte. Los termómetros de la ciudad no se ponen de acuerdo y oscilan entre los 4 y los 7 grados centígrados. La marea está baja, tranquila. 

El bolso blanco que me gusta sigue en el mismo escaparate, las rebajas cada vez más bajas, las zapaterías llenas de calzado y ¡otro local -a pie de calle- se alquila donde un pequeño emprendedor se ganaba la vida hasta ayer!




 Mi jornada comienza.


No hay comentarios: