La mente de algunas personas es una enciclopedia ¡a rebosar de conocimiento! que sirve de poco si permanece en el limbo intelectual. Es más, ni todo el saber recopilado en la biblioteca de Babilonia resultaría util si no migrase del plano mental al emocional (motivación-alma-pasión) para convertirse en realidad.
¿Qué hago con lo que sé?
¿De qué manera despliego -sobre el tapete de la vida-
los conocimientos adquiridos?
¿Cuáles son mis aportaciones al mundo?
En la página 389 del último libro escrito por Theodore Zeldin, el decano de Oxford afirma: "... lo que importa no son los conocimientos que tenga, sino ¡lo que haga con ellos!...".
El mismo día que alcanzo la página 389 entreno a un empresario que se caracteriza por la intensidad de sus logros en los últimos cinco años. Tengo el honor de ser mentora de su negocio desde su creación y de haber disfrutado de su crecimiento exponencial. En nuestro encuentro de trabajo repasamos los éxitos del 2015 y proyectamos a escala los objetivos del 2016 siendo conscientes de una de las grandes fortalezas de joven empresario: su capacidad de pasar del cuadrante uno al cuatro con la misma rapidez que su coche alcanza los 140 kms/hora.
¿Cuadrante uno y cuatro? -me pregunta, arqueando las cejas-. La curiosidad alza el vuelo y transforma su mirada en pura receptividad.
Cuadrante uno -explico- o pre-contemplación de una idea, proyecto, relación o un sueño... Cuadrante dos o contemplación: cuando parece que se toma en serio la idea, relación o proyecto y comienza la calibración de pros-contras, costes, esfuerzos e inversiones... Cuadrante tres o momento de tomar decisiones: ¿invierto, subcontrato, vendo, compro, delego...? y -finalmente- el cuadrante cuatro (milla de oro) que mediante acciones transforma los sueños en realidad.
Saber importa. Saber hacer (know-how) importa más. Pero ciertamente lo único que transforma la vida y los negocios es ¡hacer! auténtica característica de los triunfadores que tengo el honor de conocer gracias a mi oficio.
Para ampliar el concepto pinchar aquí (artículo).
Para ampliar el concepto pinchar aquí (libro).
El mismo día que alcanzo la página 389 entreno a un empresario que se caracteriza por la intensidad de sus logros en los últimos cinco años. Tengo el honor de ser mentora de su negocio desde su creación y de haber disfrutado de su crecimiento exponencial. En nuestro encuentro de trabajo repasamos los éxitos del 2015 y proyectamos a escala los objetivos del 2016 siendo conscientes de una de las grandes fortalezas de joven empresario: su capacidad de pasar del cuadrante uno al cuatro con la misma rapidez que su coche alcanza los 140 kms/hora.
¿Cuadrante uno y cuatro? -me pregunta, arqueando las cejas-. La curiosidad alza el vuelo y transforma su mirada en pura receptividad.
Cuadrante uno -explico- o pre-contemplación de una idea, proyecto, relación o un sueño... Cuadrante dos o contemplación: cuando parece que se toma en serio la idea, relación o proyecto y comienza la calibración de pros-contras, costes, esfuerzos e inversiones... Cuadrante tres o momento de tomar decisiones: ¿invierto, subcontrato, vendo, compro, delego...? y -finalmente- el cuadrante cuatro (milla de oro) que mediante acciones transforma los sueños en realidad.
Donde no hay acción, no se ha tomado
una verdadera decisión.
Saber importa. Saber hacer (know-how) importa más. Pero ciertamente lo único que transforma la vida y los negocios es ¡hacer! auténtica característica de los triunfadores que tengo el honor de conocer gracias a mi oficio.
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