Todo pasa y todo queda... pero lo nuestro es pasar ¡pasar haciendo camino! camino sobre la mar.
Las tres últimas semanas del año dedico la mayor parte de mi jornada laboral a poner conciencia sobre lo conseguido por las personas en las empresas individual o colectivamente de manera que no pasen desapercibidos los éxitos al mismo tiempo que se detectan oportunidades y áreas de mejora.
Dado que este balance se repite desde hace más de una década, lo he integrado como algo "normal", olvidando que la "normalidad" no existe, acaso tan solo lo "habitual" en estos lares y contextos. Sea como fuere, yo misma he cerrado el 2015 calibrando los resultados de mis desvelos profesionales y personales. Ciertamente no todo es cuantificable, y aunque con frecuencia repito aquello de que en los negocios "...lo que no se mide no existe..." en mi check in incluyo algunos intangibles que me importan.
En el repaso general del 2015 he descubierto luces y sombras, flores y espinas como en las bellas aliagas que hemos visto esta mañana en el entorno del Añarbe (Guipúzcoa).
Me enorgullece compartir que las navidades de nuestra familia son de una extrema sencillez sin perder por ello un ápice de plenitud, bien al contrario: nos resultan cada vez más satisfactorias en su bella austeridad.
En Nochevieja lanzamos al cielo sky lanterns al mismo tiempo que las campanadas anuncian los últimos segundos del año y nosotros pedimos silenciosa (e internamente) un deseo para el entrante. Siempre que lo hemos realizado hacía mucho frío, lo mismo en Stuttgart que en Rotterdam, San Sebastián o Toulouse... Y siempre hemos sentido una increíble magia cuando la sky lantern se alza al cielo y va difuminándose poco a poco en la negrura de la noche.
Otro de los rituales que nos divierte es realizar un canvas en el que cada uno escribe sus objetivos para el año siguiente acompañados de dibujos, imágenes, hojas de árboles, plumas de pájaros o cualquier otro elemento creativo que tenga sentido porque lo hemos encontrado en un lugar en el que nos hemos sentido especialmente felices. La fotografía capta mi "mapa de los deseos 2016" en fase work in progress...
Y celebramos... ¡claro que celebramos! entorno a una mesa que incluye la tradicional tarta de limón que mi hija aprendió a cocinar en Tromsö (Noruega) y que me encanta:
He querido compartir con ustedes mi Navidad, mi tiempo en familia y las actividades lúdicas que dan sentido a mi vida en estas fechas: la montaña, las celebraciones, los rituales y los sueños que se transforman en objetivos que son hitos, marcas en el camino (Dag Hammarskjold). ¡Brindo por un 2016 en el que sigamos juntos en este espacio al que les animo a participar!
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