jueves, 26 de octubre de 2017

Ataque de pánico ¡Cuestión de percepciones!


El árbol de casa pierde sus hojas al viento del otoño que no afecta a otras plantas, porque cada uno vive la feria ¡según le va en ella! Y la magia siempre cae del lado de quien decide seguir adelante, contra viento, marea, otoño o primavera.

Ajenos al calendario, los llamados "pendientes de la reina" señorean a mi lado mientras bebo el primer termo de kukicha, brebaje que calma la adrenalina de la jornada vivida ayer en Bilbao.


El Gobierno Vasco organizó un encuentro en el Archivo Histórico de Euskadi (María Díaz de Haro, 3) en el que tres profesionales internacionales y cinco nacionales aportamos una ponencia sobre nuestra especialidad bajo el slogan "Responsabilidad Compartida" ante más de un centenar de expertos en seguridad vial.


El evento estuvo organizado con la exquisitez de una junta en la sede del parlamento europeo. Sin exagerar: impecables azafatas trilingües, cafés y bollitos, recepción de bienvenida, enormes pantallas y micrófonos de todos los estilos: diadema, solapa, de mano, de atril... ¡Seguro que en la encuesta de satisfacción obtuvieron un sobresaliente! 



La invitación a participar la recibí de Sonia Díaz de Corcuera, Directora de Tráfico del Gobierno Vasco, con excelente capacidad comunicativa y humanidad en todos sus gestos dentro y fuera de los focos...

Pese a mi ya larga experiencia como speaker, viví dos momentos de pánico que pasaron tan desapercibidos por el público como conscientes para mí. Uno, cuando ya me encontraba sobre el escenario y me presentaban -momento en el que tuve físicamente el impulso de huir (corriendo por el lateral derecho, exactamente igual que en los dibujos animados)-, y otro durante la comida en la que estaba sentada junto a un fiscal, un consejero del gobierno vasco, un doctor en psicología y un renombrado director creativo. Mientras me fundía con el queso de rulo del primer plato no podía dejar de preguntarme ¿qué hace aquí la hija de Miguel y Azucena (mis padres)? y todavía no he podido contestarme.  


El director creativo, David Caballero, (en el atril) compartió media docena de anuncios  de BMW diseñados bajo su supervisión entre los años noventa y 2017 en los que era posible descubrir el "juego de espejos" de las percepciones humanas en la toma de decisiones. Cabe otorgar a Caballero la credibilidad de quien ha recibido numerosos galardones en Cannes, San Sebastián y Nueva York por sus campañas para Ikea, el Corte Inglés o Coca Cola.

Durante mi ponencia martillee con mi copla sobre el "sufrimiento innecesario" en las organizaciones productivas y recuperé la estrofa que acompaña todas mis intervenciones: los enemigos de los equipos son el ego, los grupúsculos y la falta de honestidad. Después aposté por la Teoría U, la Economía del Bien Común y la Reinvención de las Organizaciones como luces al final del tenebroso tunel del tiempo que vivimos.

Al cierre de la jornada el publicista pidió un taxi que compartió con los invitados internacionales que se dirigían al aeropuerto de Loiu (Vizcaya). El resto les acompañamos hasta que llegó el coche y -en el último momento- Caballero me preguntó: Azucena ... ¿cómo se acaba con los grupúsculos...? el taxista puso en marcha el vehículo y arrancó. Yo me prometí escribir la respuesta otro día, en otro post. Continuará.



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