domingo, 12 de mayo de 2019

Reuniones ¿Para qué? Informar / Obedecer / Aportar / Colaborar... ¿Decidir juntos?



Los teóricos afirman que las empresas llegan justo hasta el nivel de consciencia de sus líderes. También documentan el enorme potencial atrapado en los equipos disfuncionales. Ambas cuestiones se despliegan juntas en los sistemas productivos y configuran el núcleo central de mi trabajo: incrementar la consciencia de los líderes y construir equipos funcionales.

Si bien es cierto que la simplificación conceptual permite abordar realidades complejas, el ojo experto ha de mantener la mirada en el todo (la empresa) y considerar factores como: la propiedad, los principales órganos de gobernanza, el comité de dirección, las áreas de negocio... etc. Desde este gran angular adquiere sentido la presencia de las matrioskas en todas mis intervenciones ya que representan el uno que se integra -escala a escala- en el todo y el todo como gran contenedor.




Junto a la consciencia de los principales directivos y los equipos funcionales, aún falta una dinámica que vertebra la cotidianidad de las empresas: las reuniones de trabajo que -siendo necesarias- pocas veces resultan eficientes.

Quien convoca una reunión con pretensiones de eficacia tendrá que ocuparse de ciertas consideraciones tales como: quiénes participarán, por qué, para qué, en qué orden, dónde tendrá lugar el encuentro, durante cuánto tiempo, cómo se recogerán las conclusiones, quién se ocupará de redactar el acta, quién hará el seguimiento de los acuerdos, qué documentación será necesario hacer llegar a los participantes, cuáles serán los soportes que se utilizarán (proyector, pizarra...) si habrá invitados externos etc.



Clases de reunión: informativa, participativa, decisiva.

En las organizaciones evolucionadas 
las reuniones se convocan para decidir juntos.



Siendo cuestiones que impactan de manera relevante en la eficacia, todavía no alcanzan el núcleo que marca la diferencia de las reuniones como motor de la transformación empresarial. ¿Qué falta?  Falta que el promotor clarifique con precisión a qué invita a los profesionales convocados -algo que está directamente relacionado con el modelo de gestión de la empresa (propiedad, órganos de gobierno, estilo de liderazgo etc.)-. Entre las opciones se encuentran: invitar a una reunión para recibir información y obedecer órdenes, aportar conocimiento, colaborar o -en el caso de las organizaciones evolucionadas- invitar para decidir juntos.

En el siglo XXI, con profesionales altamente cualificados y alérgicos al autoritarismo,  invitar solo a obedecer es un sacrilegio empresarial por tres razones. La primera, para transmitir órdenes no es necesario convocar una reunión. La segunda, no poder aportar e influir en la toma de decisiones desmotiva a los profesionales. La tercera, la empresa se pierde valiosas aportaciones (innovación) al negocio.

Quien aspire a liderar reuniones eficientes ha de clarificar de antemano lo que espera de los participantes de manera que cada encuentro refuerce el triángulo de oro:  desarrollo de los profesionales, consolidación del equipo y transformación de la empresa.

De estas cuestiones va el taller "Reuniones Eficaces" que imparto una vez año, con metodología propia, altamente participativo y reiteradamente contrastado en más de trescientas empresas de todos los sectores productivos. En 2019 el taller tendrá lugar el viernes día 17 de mayo de 2019 en San Sebastián. Plazas limitadas. Información y reserva: azucenavega_coach@yahoo.es


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