El liderazgo posicional no es otra cosa que liderar a cada persona de manera diferente: a uno con el halago, a otro con la exigencia, a un tercero por el marcaje de límites, a un cuarto por la posibilidad de iniciativa, y a un quinto dándole órdenes precisas... Una sola organización, un sólo líder, una sola cultura corporativa (misión-visón-valores), y muchos estilos para motivar a cada persona teniendo en cuenta sus propias pulsiones. Está bien estudiado, por ejemplo, que un cerebro (alguien creativo y poco ortodoxo) necesita mucha libertad para aportar lo mejor de sí, mientras que un coordinador tiende a delegar, y un implementador transforma las ideas en acciones... Hay hasta nueve rasgos distintivos que han sido bien estudiados en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) por Meredith Belbin y que permiten mejorar la comprensión, cohesión y desarrollo de los equipos de alto rendimiento en las empresas. No sé si entre los nueve perfiles habrá rockeros, je je, me temo que no. En cualquier caso comienzo ahora mismo el fin de semana que les deseo armónico, sereno, relajante y si es posible divertido.
(*) Meredith Belbin es autor de siete libros, entre otros: Beyond the team, Changing the way we work, y Team Roles at work.
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