Les diré lo que hay sobre la pequeña mesa redonda en la que me encuentro de manera que sea comprensible el compost emergente de mi texto: un artículo de fondo sobre Ai Weiwei www.aiweiwei.com publicado en Londres por Ivorypress que incluye fotografía del artista dejando caer al suelo un jarrón de la dinastia ming; un libro de Brené Brown que me está haciendo picadillo; la funda de mis viejísimas gafas de pasta, los tres bolígrafos de colores, la agenda Quo Vadis con forro naranja, un pen drive, y un folleto con la programación cultural de la biblioteca de Bidebarrieta donde el escritor Bernardo Atxaga ofrecerá una conferencia el 24 de noviembre a las 19 horas ¡tomen nota!
Les contaré que me encuentro en una silla de cuero, bajita y ancha, en el pasillo de la Biblioteca central de Bilbao (Diputación). Planta tercera, repleta de estudiantes, edad media: 22 años. Planta segunda repleta de estudiantes, edad media: 22 años. Planta primera repleta de jubilados, hombres, edad media 65 años. Me quedo en el corner que mi imaginación ha encontrado: un pasillo con silla y mesa enanos. Me siento sobre dos libros, saco el arsenal inspirador y tecleo: es mi manera de respirar.
Al despertar tenía uno de esos días en los que el cielo es gris y es plomo porque cae sobre tus hombros con el peso de un yunque de Altos Hornos de Vizcaya. Tras el segundo desayuno -costumbre que mantengo desde los años noventa- el plomo era cobre ¡más ligero y colorido! Después de contestar una docena de Emails y de escribir un rato, el plomo era casi pluma y me he acordado de Kundera y su libro sobre La insoportable levedad del ser. Y ete aquí, con ustedes.
Los viajes cunden si no te dedicas a dormir. El de hoy me ha servido para pergeñar una reflexión entorno a mi oficio que -dicho sea de paso- cada vez encuentro más misterioso, fascinante y cansado a un nivel no sólo orgánico sino existencial. Volveremos a ello otro día. Me ha dado por jugar mentalmente con ideas entorno al entrenamiento profesional de las personas. Y he deconstruido una indefinición provisional que, como otras, veré reproducida por otros profesionales del gremio como si fuera propia, je je.
Mi oficio consiste en mantener conversaciones profesionales estructuradas -sobre temas personales o profesionales- que se desarrollan sin emitir juicios, en un proceso que se vertebra a partir de: conexión, reflexividad y preguntas poderosas (desafiantes) + ¡acción!
Arranca desde el lugar en el que nos encontramos, y avanza hacia el lugar soñado (objetivo) a base de preguntas, reflexiones-conclusiones y acciones ¡lo único que mueve la vida! Inherente al entrenamiento profesional es el cambio, ya que "sólo los locos pretenden seguir haciendo lo mismo y obtener resultados diferentes" (Einstein). Esto lo que pienso y deseo compartir sobre todo para aquellas personas que me otorgan el grado de tutor ¡Ay Dios, qué responsabilidad!
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