20 de mayo 2012, Tokyo, Eclipse Solar.
Incluso en mi vida privada, con frecuencia me siento como el muro de las lamentaciones por lo que hoy me decido a compartir dos hipótesis que acaso pudieran llevarnos a mejorar la grieta que padece el sistema de bienestar. Grieta cuyo foso se agranda a como si se tratase de las aguas del Mar Rojo separadas por Moisés.
Mi amiga Itziar está aburrida de la persistencia de la crisis y de las pésimas noticias que difunde la televisión. Este mediodía me ha preguntado cuántos meses más durará este desatino. Ha sido entonces cuando le he lanzado a bocajarro la necesidad de que consumamos productos nacionales para equilibrar el desfase entre importaciones y exportaciones fortaleciendo al mismo tiempo nuestra industria. También le he hablado de la urgencia de trabajar en serio, es decir: comprometidos con la calidad, la cantidad y la innovación.
Al otro lado del teléfono he oído leves gruñidos de protesta por lo que me he apresurado a cerrar el discurso con la idea de que este "momento nefasto" -como dice ella- no es un eclipse de sol, algo fugaz y transitorio que ocurre cada siglo, sino que ha venido para quedarse y la aceptación de lo que hay (o no hay) quizá sea el primer paso hacia la recuperación. Tras un suspiro y un silencio, me ha preguntado si tenía buen día ?!
1 comentario:
En mi opinión cambiarían muchas cosas simplemente con que la justicia fuese realmente igual para todos, no se aplicase solo a los pobres y los delincuentes financieros acabasen en la carcel.
Bicos,
H
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