miércoles, 29 de agosto de 2012

Fortalezas y Debilidades en los Equipos

Muevo estos días kilos de papel y megas de archivos mientras preparo el curso Construcción de Equipos Transformadores en el seno de las organizaciones (*). Hace un par de horas he descubierto un texto -que me hizo llegar hace algunos años mi amigo Blas- que evidencia el concepto de "complementariedad", auténtica clave en la construcción de equipos. 

La complementariedad exige, a su vez, la aceptación de la diferencia, y la certeza de que "juntos podemos llegar más lejos".
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Cuentan que hubo un tiempo en el que algunas personas eran capaces de entender el lenguaje de los animales y de los objetos. Fue entonces cuando un desconocido escuchó la extraña Asamblea en la Carpintería.

Las herramientas habían decidido reunirse para arreglar sus diferencias. El martillo ocupó presto la presidencia, pero la Asamblea le recordó rauda que debía renunciar a ese puesto. ¿La causa? Se pasaba el tiempo golpeando…y, además ¡hacía demasiado ruido!
El martillo aceptó el reproche, pero pidió que también se le llamara la atención a la garlopa, que hacía todo su trabajo en la superficie: nunca profundizaba en nada.
La garlopa aceptó a su vez, pero pidió que expulsaran a los tornillos. Adujo que había que darles muchas vueltas antes de que sirvieran para algo.
Los tornillos aceptaron si también se expulsaba al papel de lija. Argumentaron que era muy áspero en su trato y que siempre tenía fricciones con los demás. Y el papel de lija estuvo de acuerdo, a condición de que le acompañase en la expulsión el metro, que pasaba todo el tiempo midiendo a los demás, como si fuera el único perfecto.
En ese momento entró el carpintero, se puso el delantal y se colocó ante el banco para iniciar su trabajo. Utilizó el martillo, la garlopa, el papel de lija, el metro, los tornillos…Finalmente, unas toscas maderas se transformaron en un hermoso instrumento musical.


Cuando el carpintero finalizó su jornada y la carpintería quedó en silencio, la Asamblea reanudó su deliberación. Entonces tomó la palabra el serrucho, y dijo:
“Señores, ha quedado demostrado que tenemos muchos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Esto es lo que nos hace valiosos. Así que concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos”.
La Asamblea percibió entonces que el martillo era fuerte y contundente, y la garlopa suave, eficaz. Se dieron cuenta que el tornillo tenía habilidad para unir y dar fuerza; y el papel de lija era especial para afinar situaciones y limar asperezas. Observaron que el metro era preciso y exacto…
Tomaron conciencia de que formaban un equipo capaz de ayudar a producir muebles, puertas, ventanas…de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y, también, de poder trabajar juntos para desarrollarlas.

(*)  De octubre 2012 a junio 2013, un sábado al mes.
       Más información: nuriacerrillo@hotmail.com

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