domingo, 5 de mayo de 2013

London School of Economics


Llego a casa con el dobladillo del vestido y los labios llenos de salitre. Sin buscarlo, acabo de vivir una aventura que me ha hecho sonreír. Sabía que la marea estaba subiendo, pero no he calculado bien el ritmo de ascensión, así que el agua me ha alcanzado en una zona de rocas cubiertas de verdín en las que era fácil resbalar. Aunque me he agarrado a los arrecifes -siguiendo en ejemplo de las lapas que encontraba a mi paso- y me he arremangado el vestido, el agua ha terminado por alcanzarme. Un poco. Ya ha salvo, la arena ha rebozado mis pies con el pan rallado de la bahía, donde vivo. ¡Qué gran regalo: sol, brisa, marea viva, rocas verdinegras, veleros en el horizonte... vida!



Además he conseguido salvar del mini-naufragio la mochila en la que llevaba plegado a Craig Calhoun director general de la London School of Economics quien ya me había dado una alegría mientras tomaba un café americano en la terraza de La Perla. Afirma este sociólogo estadounidense formado en Oxford que la  docencia de élite que imparten en la LSE ha de capacitar a las personas para salir al mundo real y hacer las cosas bien. 



Concluye Calhoun que la institución docente que dirige "no sólo ha de proveer de conocimiento, sino dotar a los alumnos de la capacidad de trabajar por el bien público y mejorar el mundo".

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