viernes, 5 de julio de 2013

Pocas Nueces


Son las 14.55 del viernes 5 de julio 2013. El termómetro alcanza los treinta grados. Tengo veinte minutos para hacer un "apunte" en el blog. Escribo desde la terraza del Museo Guggenheim Bilbao. Esto es lo que veo:


Acabo de salir del primer foro Redca que entre las 9.30 y las 14.30 ha reunido en el auditorio de la Universidad Comercial de Deusto a una cincuentena larga de profesionales interesados en el concepto consultoría artesana. Cinco horas, diez ponencias, cierto debate -que continuará por la tarde-, muchos lugares comunes, algunos descubrimientos del Mediterráneo, fantásticos powers points, manejo del lapicerillo para pasar las diapositivas, tweets en vivo y en directo, vídeos, micrófonos inalámbricos...

Once amiguetes que se lo han montado de lujo: mucho ruido, filosofía código abierto, buen packing y -finalmente- insalvables barreras de entrada para que otros "agentes del cambio" se sumen al coto-red.  

Los sistemas derivan hacia el caos y presentan niveles de incoherencia. Hubiera agradecido, sin embargo, menos buen rollito y más claridad de principios para explicar: qué necesidad no cubierta colma la red de consultoría artesana, es decir: para qué nace, más allá de la diversión-complicidad de los once promotores. Y -sobre todo- ¿a qué tienen tanto miedo para cerrarse en banda a otros colegas, colaboradores, observadores...?


Seré justa con los promotores: la organización ha sido buena, el ritmo de las ponencias excelente, los contenidos ajustados a los títulos, el catering del desayuno correcto y la generosidad en colgar todas las ponencias les honra.

Sobre el fondo de la consultoría artesana como concepto -al margen de la red presentada hoy en sociedad- escribiré durante el fin de semana. Ahora he de volar desde esta terraza hasta el despacho donde me espera Mikel, un empresario de verdad, con desafíos monumentales, al que le hubiera entrado la risa, a ratos, esta mañana. Me voooy... 

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