Me he tomado la mañana libre. Así que poco después de las ocho estaba en la playa donde despuntaba un sol tenue y delicioso. La temperatura del agua superaba los 18 grados, lo que me ha permitido bucear mar adentro durante un buen rato sin el ortopédico neopreno. He visto muchos peces que viven en armónico silencio y me he dejado mecer por la marea.
A las diez estaba en la terraza de La Perla donde Naty desplegaba los toldos y yo mis lecturas: dos periódicos generalistas y uno económico, dos españoles y uno inglés. Los he leído con interés y me he puesto las gafas amarillas del "optimismo realista" en busca de una noticia positiva para repicarla en el blog. ¡Al menos una!
Tres rotativos y cero noticias buenas: nada de lo que hacerse eco en clave esperanzada. Cuando me he despedido de Naty el sol se acercaba a la vertical y me ha parecido verle un punto negro en su dosis diaria de optimismo. Cachis!
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