miércoles, 4 de septiembre de 2013
Reconstrucción
A veces tengo la tentación de escribir a Dios para contarle lo mal que están las cosas aquí abajo. Pero... desisto de la idea. Él nos dejó un mundo perfecto. Nosotros hemos generado el caos y la barbarie. Nos corresponde a nosotros arreglarlo.
Me ajusto la mochila, cojo la bicicleta, aprieto un poco la mandíbula, pedaleo y -si puedo- contribuyo a la reconstrucción con lo único que tengo: mi trabajo.
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