lunes, 24 de septiembre de 2018

Emprender, un verbo exigente y gozoso



Algunos emprendedores piden les acompañe en el desarrollo de su negocio y yo me enfrasco en los proyectos con el entusiasmo de un aprendiz. Por fortuna mi mente permanece atenta al conocimiento absorbido de algunos sabios, y avanza precavida orillando los errores que conoce quien se ha equivocado. Aunque ciertamente no hay una tipología de cliente emprendedor, observo algunas carencias que se repiten en los promotores de proyectos. Es algo que me desconcierta.


Quizá lo que más me sorprende es que no leen prensa económica, e incluso cuando lo sugiero se radicaliza en ellos una extraña "alergia" a las páginas sepia de los diarios on/off line. Sin ser una panacea, la información resulta esencial para la toma de decisiones en una economía global donde la cotización del barril de petróleo repercute en el precio de las alubias de Tolosa (Guipúzcoa). ¿Cómo tomar buenas decisiones sin información actualizada y relevante?

Un segundo factor que comparten algunos emprendedores es la ausencia del gen "servicio al cliente" entendido como una entrega incondicional y óptima de nuestro tiempo, conocimiento y experiencia a los usuarios de nuestros productos o servicios.


Recomendaciones a emprendedores:
Lectura de prensa económica
Entrenamiento en Habilidades Blandas 
Gen "servicio al cliente" 
Resiliencia. 


Un tercer (y por hoy último) factor que puede dificultar el éxito de cualquier proyecto emprendedor es el desconocimiento de las llamadas "habilidades blandas" vinculadas a la gestión eficaz de las personas. Algunos creen que hay que dar todo al empleado sin exigir casi nada a cambio. Otros, por el contrario, consideran que cada brizna de aportación al trabajador ha de ganársela con sangre, sudor y lágrimas. Casi todos desconocen el verbo negociar, huyen de los conflictos, y no saben facilitar una reunión.  Finalmente casi ninguno intuye la dureza del vaivén del mercado, sus rápidas y caprichosas tendencias, y la altísima capacidad adaptativa que exigirá una permanente reinvención del propio emprendedor y su negocio.


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